ESTARá EN LAS SEMIS CON SAN LORENZO

Juan Mercier: Una historia de superación en la Copa

De Flandria a la selección argentina, pasando por Primera División, con un campeonato ganado en Argentinos Juniors y grandes actuaciones que lo han llevado a ser uno de los volantes más destacados del medio local. Juan Mercier recordó su historia y relató cómo hizo para superar las adversidades que se le presentaron en su carrera.
martes, 10 de septiembre de 2013 00:00
martes, 10 de septiembre de 2013 00:00

La carrera futbolística de Juan Mercier abarcó momentos de distinta índole. Pertenece al grupo de jugadores que tuvieron una adolescencia ligada al Ascenso y al trabajo, pero su presente se ubica en uno de los clubes grandes de la Argentina. Recorrió varias categorías y es dueño de una historia de sacrificios y privaciones, aunque con el dulce sabor de un final feliz.

El presente lo tiene ligado a San Lorenzo. Firmó un contrato por tres años y sueña con un título que le permita revivir las alegrías transitadas con Argentinos Juniors, conjunto en el que fue campeón en el Clausura 2010, con Claudio Borghi como director técnico. La Copa Argentina Sancor Seguros, certamen en el que se encuentran en Semifinales (jugarán ante Estudiantes de Buenos Aires), aparece como la gran posibilidad de volver a llenarse de gloria.

El volante también puede contar que fue dirigido por Diego Maradona, tanto en la Selección (lo hizo debutar el 26 de enero de 2010, en un amistoso contra Costa Rica que favoreció a Argentina por 3-2) como en Al Wasl, equipo de Emiratos Árabes Unidos, durante el primer semestre de 2012. Según Mercier, esa experiencia fue la más importante que transitó durante sus 13 años de carrera.

- ¿Cómo te iniciaste en el fútbol?

- En un potrero de Campana, donde me crié, en un club llamado Campana Junior. Jugué ahí hasta los 12 años y me vinieron a buscar de Villa Dálmine, más allá de que no quería ir. Empecé como delantero y hacía dupla con Leonardo Romero, que hoy está en Deportivo Merlo.

- ¿Quién te puso de volante?

- A los 15 años me lesioné la rodilla y a los 17 me llamaron a mi casa desde Deportivo Español para ver si quería hacer una prueba. Acepté y me pusieron en esa posición.

- ¿Qué sacrificios tuviste que hacer para jugar al fútbol?

- Tuve compañeros que hoy trabajan que a los 15 años me venían a buscar para ir a bailar y yo no quería. Me quedaba viendo la televisión en lo de mis viejos hasta las 12 de la noche y al día siguiente iba a entrenar.

- Llega un momento en que dejás de entrenar y empezás a trabajar.

- Fue una etapa durísima. Yo llevo el fútbol adentro y de un momento a otro dejé de jugar para ir a cortar el pasto. Sabía que el fútbol no me dejaba plata y lo otro sí. Tuve que decidir y elegí lo que no me gustaba por necesidad. Se me cruzó por la cabeza retirarme definitivamente y estuve un año entero sin tocar una pelota.

- ¿Cómo surge la posibilidad de volver a jugar?

- Un día me cansé y me decidí. Creí que tenía que hacer lo que más me gustaba. Cuando firmé mi primer contrato en Flandria, me sentí profesional, más allá de que 330 pesos no era mucho. Dejé el fútbol cinco, el potrero y no bajé los brazos.

- ¿Por qué llegaste a Primera?

- Porque siempre me esforcé para entrenar. Si no tenía plata me las ingeniaba para llegar igual.

- ¿Sentiste las mismas sensaciones cuando debutaste en Argentinos que cuando habías jugado por primera vez en Flandria?

- No, por la trascendencia que tenía la Primera División con relación a las otras categorías. Sin menospreciar el Ascenso, jugaba con poco público. Mi primer partido en Argentinos fue a cancha llena y en un estadio que se llamaba Diego Armando Maradona.

- Después de alcanzar buenos rendimientos debutás en la Selección a principios del 2008 en un amistoso contra Costa Rica.

- Vestir la camiseta de tu país y haber estado preseleccionado en la lista de 30 jugadores para el Mundial 2010 fue inigualable.

- ¿Te sentiste hecho después de haber sido campeón en Argentinos?

- Uno siempre quería más, ir a jugar afuera o lograr un pase a un grande. Se me habían caído las posibilidades de ir a River, Boca y Racing, y la realidad es que uno, con 27 años, ya se sentía frustrado.

- Marcaste uno de los goles del campeonato ante Huracán. ¿En ese grito recordaste el sacrificio que hiciste para llegar?

- Lo que más se me pasó por la cabeza es que estaba mi señora embarazada en la tribuna, con mi hijo Bautista en camino. Más allá de mi pasado, pensé mucho en mi familia.

- Fuiste dirigido por Diego Maradona en el Al Wasl de Emiratos Árabes, ¿cómo lo conociste?

- Lo conocí días después de que me llamara para ir a Dubai. Le dije que no había problema, nos juntamos a comer un asado en su casa de Ezeiza; no sabía qué hacer. Si comer, no comer; mirarlo o no mirarlo. Le pregunté algunas cosas con mucha timidez.

-¿Qué te motivo de la propuesta que te hizo para ir al Al Wasl?

- Me gustó que él me haya llamado personalmente. Tenerlo como técnico y que me dé indicaciones fue un sueño; fue lo mejor que me pasó como jugador.

- ¿Cómo era un día tuyo en Emiratos Árabes?

- Entrenaba y después me quedaba tomando mates con Diego y el cuerpo técnico. Sabía que me tenía que ir cuando debían resolver cuestiones tácticas del equipo pero haber compartido con ellos fue inigualable. Recuerdo que una vez jugamos a una hora y media de nuestro estadio y cuando llegamos debieron sacarlo por otra puerta.

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