CURIOSIDADES DE OLIMPIADAS

El atleta, campeón olímpico, que corrió descalzo

La maratón olímpica trae a la memoria al etiope Abebe Bikila, quien ganó la carrera de Roma 1960 corriendo descalzo.
lunes, 22 de agosto de 2016 13:07
lunes, 22 de agosto de 2016 13:07

En esa época, se podía ver estos eventos en los noticiosos en los cines «Argentina al día». Bikila era un atleta no convencional, no practicaba en una pista.                        

Su trabajo de mensajero en el Ejército, lo obligaba a recorrer grandes distancias, y encima, de apuro.                        

Y así fue nomás. Una fábrica se le acercó, tal vez Adidas, y como él sentía aprisionados los  pies con zapatillas usuales, le hicieron unas con las que el atleta negro se sintió a gusto.                       

Es así que el Comité Olímpico le previno que en la próxima maratón, no correría sin zapatillas. ¿Cuales son esas zapatillas? Son esas con una división entre el dedo gordo y los otros dedos, las cuales estuvieron muy de moda hace un par de años por estas tierras.                        

Abebe, con zapatillas, ganó también en Tokio 1964. Regresó a  Etiopía, y le hicieron honores de héroe nacional. El gobierno etiopé, en reconocimiento, le regaló un auto Volkswagen, al Sargento Bikila.

Al poco tiempo, el atleta se mató en un accidente con el auto que estaba aprendiendo a manejar.                            

Un poco más de Bikila

Bikila llegó a ser miembro de la Guardia Imperial de Haile Selassie. Empezó a correr con 17 años, pero fue descubierto por el entrenador sueco Onni Niskanen, quien le enseñó a correr.

Pasó a formar parte del grupo de héroes nacionales al obtener la medalla de oro en la maratón de los Juegos Olímpicos de Roma 1960, prueba que disputó descalzo.

En esa ocasión, completó la carrera en 2 h 15 m 16 s, estableciendo de esa forma una nueva plusmarca mundial. Durante la prueba, Bikila pasó frente al obelisco de Axum, que fuera robado a su país natal en 1937 por el ejército italiano durante la Segunda Guerra Ítalo Abisinia.

Cuando comenzaron los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, el estado físico de Bikila estaba bastante debilitado. Había sido operado de apendicitis seis semanas antes de disputar la maratón, lo cual afectó su programa de entrenamiento para dicha prueba.

No obstante, y aunque esta vez utilizó zapatillas, volvió a obtener la medalla dorada y nuevamente estableciendo una nueva marca mundial: 2 h 12 m 11 s.

Contaba el gran Abebe en los años 1960 que, para no aburrirse en sus largas jornadas de entrenamiento por los campos etíopes, se dedicaba a cazar aves y mamíferos a los que seguía animosamente durante los 42 km de práctica, distancia que casi ningún animal es capaz de resistir sin descansar.

En los Juegos Olímpicos de México 1968, Bikila fue afectado por la altitud, viéndose forzado a abandonar la prueba tras haber recorrido 17 kilómetros.

En 1969 el atleta se vio involucrado en un accidente de autos cerca de Adís Abeba, en Etiopía, que le produjo una paraplejia. Bikila nunca pudo reponerse totalmente del accidente, y falleció a los 41 años de edad.

El estadio nacional de Adís Abeba fue nombrado en su honor.

Colaboración de Alberto Gallo

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