La industria de la madera y el mueble viene registrando una
caída en el nivel de actividad del 25 hasta el 40 por ciento, según los rubros.
De todas maneras, el sector sostiene que está en una mejor condición que en
crisis anteriores.
Así lo aseguró ayer Gustavo Viano, presidente del comité
ejecutivo de
La recesión afectó el nivel de ventas en forma diferente
según la etapa del año. "Durante el primer semestre, las ventas más activas
eran las de productos Premium, como por ejemplo mueblería para oficina y
productos de alta gama para cocina, que implicaban operaciones de gran envergadura
económica. En cambio, en el segundo semestre, cuando ya se empezó a sentir el
impacto de las paritarias, se empezaron a mover más los productos para la clase
media, los muebles de reposición o los ligados al crecimiento poblacional”,
explicó el empresario.
Esta baja –manifestó el directivo– no provocó hasta ahora
destrucción de puestos de trabajo, por las dificultades del sector para reponer
trabajadores una vez que los pierde, pero sí caídas de horas extras y del doble
turno de producción, algo que era común hasta hace poco tiempo.
La industria de la madera y el mueble en la provincia está
conformada por cerca de 500 empresas (entre grandes industrias y pequeños
talleres, incluyendo aserraderos o fabricantes de pallet), que dan trabajo a
unas 10 mil personas entre empleados directos e indirectos. De las 2.500
industrias del país, el 60 por ciento está en
El sector venía creciendo a buen ritmo gracias al cierre de
la importación, lo que le permitió consolidar su posición en el mercado
interno. Pero eso duró hasta el año pasado, cuando las ventas comenzaron a
reducirse entre 20 y 40 por ciento en comparación con 2012 según el rubro, lo
que motivó entonces al Gobierno de
En 2014, la situación no ha cambiado en este sentido. "El
sector no escapa a las generales de la ley; el comentario que se siente en
todos es que no se puede absorber la inflación, quizá la mayor parte vendió lo
mismo en valores económicos que en 2013, pero eso quiere decir que en volumen
la venta es menor”, explicó.
Lo que sí se ha modificado, destacó Viano, es el
posicionamiento de la industria en el mercado local. No se llegó al nivel de
Brasil, donde el mueble está en tercer lugar en el presupuesto de una familia
(en algunos casos desplazando al automóvil), pero subió algunos escalones.
"Antes, con este tipo de crisis, el sector se destruía,
ahora ha mejorado su lugar en el presupuesto de las familias. Años atrás, los
muebles se ubicaban en el décimo puesto en el presupuesto, ahora pelea el sexto
y séptimo puesto, lo que hace que las ventas no se derrumben, sino que se
mantengan”, indicó.
Para Viano, uno de los factores que incidieron es la
preocupación sectorial por darle difusión a los productos de la industria
nacional y estar en la cadena de comercialización, lo que le dio a los muebles
argentinos más visibilidad en el mercado, respecto a lo cual reconoció que "al
sector todavía le faltan kilómetros para llegar a una situación aceptable”.
Por otro lado, argumentó que el mueble nacional mejoró en
diseño y en ambientación en el punto de venta, lo cual terminó cambiando la
percepción de calidad en el consumidor. "Todo lo que apostamos al diseño y a la
difusión con eventos como Fimar ha mejorado el posicionamiento del sector,
aunque es mucho lo que resta por mejorar”, opinó.