Cómo sería la operatoria de los bancos para evitar el default

A última hora de ayer se conoció que bancos argentinos comprarían la deuda en manos de los fondos buitre a cambio de u$s 1.200 millones para estirar posponer el cumplimiento del fallo del juez Thomas Griesa que impide pagar la deuda reestructurada.
miércoles, 30 de julio de 2014 15:47
miércoles, 30 de julio de 2014 15:47
Así, lo bancos, que se convertirían en los nuevos acreedores, cobrarían en 2015 con bonos.
 
Según trascendió, el grupo de bancos, liderado por el Macro de Jorge Brito, compraría títulos públicos involucrados en el juicio por u$s 1.200 millones, que representa casi el 100% de lo adeudado a los fondos buitre.
 
Aún no se definió si para ese pago usarían dólares que mantienen en cuentas del exterior o depósitos en dólares en cuentas a la vista que forman parte de las reservas.
 
¿Por qué la deuda la comprarían los bancos y no el Estado? Para que se trate de una negociación entre privados y no se dispare la cláusula RUFO. Esa cláusula, incluida en los canjes de 2005 y 2010, establece que si el Gobierno les ofrece a los holdouts cualquier acuerdo mejor que los de las reestructuraciones, debe mejorar también la oferta que aceptaron los bonistas del canje. Eso, según el Gobierno, podría representar reclamos de más de u$s 140.000 millones.
 
Pero esa cláusula vence en enero. Si los bancos compran la deuda, aceptarían que la misma siga "en default" (aunque con una sentencia judicial a favor) hasta entonces y recién el año que viene negociarían cómo cobrar, en principio en bonos de largo plazo.

Mientras, los fondos buitre ya no tendrían un motivo para oponerse a que el juez Thomas Griesa reponga el stay, que es la medida cautelar que le permitiría a la Argentina completar los pagos pendientes por los vencimientos del 30 de junio, trabados por el magistrado y por cuya mora entraría esta medianoche en default.

Según opinó Gastón Rossi, Director de LCG y ex Secretario de Política Económica, "en el corto plazo, lo más importante es convencer al juez Griesa de la voluntad negociadora de la Argentina para que autorice el pago de los intereses del Discount y se evite caer en default. Sucedido esto, se dispone de tres meses para avanzar en las negociaciones, tiempo más que suficiente para alcanzar un acuerdo”.

"Si los bancos finalmente compran la sentencia, se trata de la alternativa más ‘aséptica’ en términos legales, ya que al ser una negociación entre privados no existe ninguna posibilidad de que se gatille la cláusula RUFO”, consideró Rossi. 

"Por otra parte, permitiría posteriormente una negociación entre los bancos y el Gobierno argentino sin la amenaza de un default inminente y con un abanico mucho más amplio de posibilidades para llegar a un arreglo”, agregó. 

En tanto, Diego Burzaco, economista jefe de Inversor Global, coincidió en que "en principio la cláusula RUFO no se dispararía por ser un acuerdo entre privados sin la participación del Estados Nacional”. 

"Lo ideal es que los bancos locales puedan hacerse de todos los bonos que están amparados bajo el fallo de Griesa, para no dejar posibles vacíos legales cuya interpretación pueda disparar la cláusula”, opinó.