"Bajar la inflación es condición necesaria para volver
a crecer. Sin bajar la inflación a los estándares de la región, hay bajas
probabilidades de retornar al sendero del crecimiento perdido", indicó
Economía & Regiones en su análisis, donde subrayó que "la inflación
bajará sostenidamente en el segundo semestre y en términos anualizados se
ubicará en el 25% si y sólo se 'hacen las cosas bien'".
El informe puntualizó que "recientemente, el presidente
Mauricio Macri anunció que relanzará
Al respecto, la consultora advirtió que "si el objetivo
del nuevo organismo es realizar controles de precios, la medida podría resultar
inútil o contraproducente".
"En nuestro país, los controles de precios siempre
fracasaron. Es más, los controles de precios nunca han servido para desacelerar
la inflación en forma sostenida y genuina en ningún lugar, ni en ningún momento
de la historia. Los controles de precios siempre terminan logrando el efecto
opuesto al buscado ya que, al desalentar la inversión y la oferta, aceleran la
inflación", afirmó el análisis.
Para Economía & Regiones, "la inflación no tiene
nada que ver ni con la concentración de mercado, ni con los formadores de
precios".
En ese sentido, aseguro que "la inflación no es
responsabilidad del supermercadismo", y subrayó que "obviamente, la
inflación no podrá ser combatida, ni reducida controlando a los
supermercados".
En cambio señaló que "la inflación se desacelerará si y
sólo si el Banco Central hace bien su trabajo antiinflacionario; no hay otra
opción".
Al respecto, precisó que "el trabajo antiinflacionario
del Banco Central tiene dos frentes: atacar el stock de sobrante de dinero en
circulación de $ 200.000 millones heredado de la administración K
(kirchnerista), y preocuparse por emitir poco en 2016".
Con todo, subrayó que "el cumplimiento de la actual
pauta de inflación de 25% exigiría que los agregados monetarios no crecieran
más del 15% en 2016, es decir se necesita que el ritmo de
emisión sea menor que el crecimiento del PBI nominal".
Sin embargo, puntualizó que "las necesidades de
financiamiento podrían poner en jaque la política monetaria antiinflacionaria
del Banco Central, obligándolo a emitir más para financiar al Tesoro".
En este marco, precisó que "en 2016 se necesita colocar
deuda por un piso de U$S 025.000 millones, para cumplir con ambas cosas:
cronograma fiscal y pauta de inflación".
No obstante, alertó que "aún arreglando con los holdouts,
existe el riesgo que Argentina no pueda emitir toda la deuda necesaria".
Así remarcó que "si no se puede emitir toda la deuda
necesaria, la política se torna inconsistente dado que impide cumplir con el
programa fiscal y porque mantener la inflación baja, exige elevar más la tasa
de interés y deja de ser óptimo, ya que como contrapartida aumenta el
desempleo".
"En ese escenario, la puerta de salida termina siendo
un Banco Central emitiendo más, con lo cual la tasa de inflación promedio anual
se eleva por encima de la meta del 25%", concluyó Economía & Regiones.