En la noche del pasado domingo el presidente de la Nación, Alberto Fernández, volvió a emitir un mensaje contundente respecto de la situación económica. No sin reconocer y preocuparse por cómo la situación financiera afecta al cotiadiano de los argentinos y la vida de millones de trabajadores, remarcó que “una economía que se cae, se levanta. Una vida que se pierde, no se recupera más”.
No obstante, serán ineludibles los efectos negativos que acarreará la extensión de la cuarentena hasta la finalización del fin de semana santa, el próximo domingo 12 de abril.
En este sentido, un informe realizado por la consultora Analytica reveló que alrededor de 12 millones de puestos de trabajo estarían comprometidos por el parate económico a raíz de la pandemia Covid-19. De ellos, unos 5,5 millones serían los más comprometidos, “en particular los informales, los monotributistas y los autónomos”, explicaron.
El economista de la consultora, Ricardo Delgado, comentó a Ambito que “a medida que se trabaja en aplanar la curva epidemiológica se está profundizando la recesión en un contexto en el que un empleo que se pierde tarda mucho en recuperarse, sobre todo en una economía que ya venía con problemas serios”.
La información que se desprende del informe detalla que un 19% de los trabajadores pertenece al sector comercial, y un 90% de ellos se encuentran afectados por el estado actual. Situación similar atraviesa la actividad industrial, quien representa un 13% del total y un 75% de ese rubro se encuentra realmente comprometida.
“Alrededor de un 60% de las actividades están paralizadas, eso representa el 64% del empleo en la Argentina. De ese total, 6 millones están protegidos de alguna manera por las regulaciones laborales al estar sindicalizados, como la industria, el comercio y sectores amplios de servicios, como los públicos”, subrayaron.
En este sentido, economistas que se desempeñan en Analytica proponen que se disponga de “subsidios cruzados, por ejemplo a través de alícuotas diferenciales en los aportes patronales” que vaya desde fondos de los sectores formales que no se encuentran en el rango de alto riesgo hacia aquellos sectores que sí presentan riesgos muy elevados y podrían perder sus fuentes de trabajo.
