Una docente de la Casa, que desempeñara un cargo vinculado a las relaciones internacionales, alcanzó una jerarquía diplomática que le permitió residir una importante cantidad de años, algunos hablan de 6, en Londres, Inglaterra, aunque igual su estadía tan larga estuvo “financiada” por la universidad.
Sin desempeñar ninguna tarea ni cumplir ninguna función cobró durante todo esos años como profesora titular full, mientras residía en un país extranjero sin desempeñar tarea docente alguna, pues la Universidad, todavía, no estableció ningún convenio en ese país para dictar algún tipo de clases o capacitar a los ingleses en algún tipo de conocimiento que los catamarqueños tenemos para exportar al mundo.
Las irregularidades no terminan ahí. Al regresar a casa, la docente, que lamentablemente rompió su vínculo matrimonial, fue premiada por sus contribuciones con la práctica académica internacional con un cargo equivalente al de secretario de facultad, eso sí, sus competencias tendrán nuevamente carácter especiales, tal es la definición de su cargo.
A lo señalado debe agregársele las irregularidades detectadas con otra persona que sin título universitario está designada con 41 horas cátedra de nivel superior y la única actividad que se le conoce es la de organizar comparsas en la zona de Pomán.
Solo se sabe eso de su actividad por cuanto se desconoce cuál es el ámbito donde “cumple” dicha cantidad de horas cátedras; en el área de personal de la Universidad desconocen el sitio donde dicha persona se desempeña.
Una tercera irregularidad se detectó, y en esto un pez gordo debería ser denunciado por haber actuado de manera directa. La esposa de la que todo el mundillo académico habla, que como no fue invitada al viaje académico a Europa, logró ser designada con el cargo de profesora titular full time en la secretaría académica de la universidad.
Lo que se dice, pensando en los tres casos, verdaderas perlitas de la Casa destinada a generar hábitos de ciudadanía y prácticas democráticas.