El enojo de los andalgalenses

Andalgalá © El asunto del dilema y discusión sobre la ubicación real y legal del yacimiento Bajo el Durazno que aún no se termina de definir a qué jurisdicción pertenece, ha generado más de un enojo en la gente que un poco entiende de la cosa, y le produce una cierta impotencia por no tener acceso a los centros de decisiones.
miércoles, 17 de septiembre de 2014 09:11
miércoles, 17 de septiembre de 2014 09:11

Los más grandes aseguran que históricamente esa mina estuvo registrada en Catastro, como perteneciente a Andalgalá, mientras el senador de Belén exige, casi infundadamente, que se determine que pertenece a Belén; mucho más, sabiendo que el quid de la cuestión es el reparto de las regalías mineras, con todo lo que ello significa.

Hasta el momento, es uno de los temas que plantea debate en legisladores y opinólogos, con tanta negligencia, que se ha transformado en una discusión bizantina porque pareciera que no se va a llegar a un acuerdo legal, por supuesto perjudicando a Andalgalá, como siente la gente que más sabe de esta cuestión.

En la mañana de ayer, estuvimos dialogando con algunos de esos "sabedores” que con argumentos bastantes coherentes explicaban que el yacimiento es andalgalense, que ni siquiera está en el límite departamental como Bajo de la Alumbrera, sino bien adentro en el territorio, y que por ese estado legal, se aprestan a tomar medidas de otra naturaleza, que podría ser la instalación de una carpa de reclamo, o directamente el corte de ruta hasta que la balanza se incline hacia el lado que debe estar: para Andalgalá.

Para estas semanas, y mientras los trabajos en la mina ya comenzaron, se esperan definiciones, que de no ser las adecuadas, podrían generar algunas situaciones de conflicto en las que alguien tendrá que mediar para que las cosas no pasen a mayores.

Lo dicho el orgullo, la historial, la documentación adulterada vaya a saberse por qué mente especuladora, y la soberanía como pueblo autónomo, primero.