miércoles, 25 de marzo de 2015
07:50
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Efectivamente, a simple vista se puede observar los
destrozos producidos por las lluvias de las últimas semanas, dejando en
evidencia el escaso cemento que la empresa constructora ha utilizado en su
estructura levantada en un suelo apenas compactado y de frágil consistencia.
Yuyos y matorrales crecen libremente como en el campo, y el
espacio se está convirtiendo en refugio de drogones, borrachos y malvivientes,
sin que la Municipalidad se ocupe de su mantenimiento y custodia porque se
trata de un espacio al que la gente considera propio, por haber sido construido
con su dinero y por todo lo que sintió durante la fiesta mayor de los
andalgalenses.