Casa de la Cultura de Catamarca, un lugar para sentir la catamarqueñidad

La antigua residencia del general Octaviano Navarro, dos veces gobernador de la provincia, ha sido recuperada en su valor patrimonial, arquitectónico e histórico para convertirse de ahora en más en la Casa de la Cultura de Catamarca.
lunes, 27 de abril de 2015 14:55
lunes, 27 de abril de 2015 14:55

Esta casona, ubicada estratégicamente frente a la plaza 25 de Mayo, ha sido testigo y protagonista del devenir histórico, político, social y hasta comercial de San Fernando del Valle.

Hoy se recupera con un sentido más amplio: queremos que sea un espacio desde el que sumergirse en los distintos aspectos de la cultura de Catamarca. Que funcione como un disparador que invite a recorrer todo el territorio de la provincia. Y que, al mismo tiempo, sea el lugar donde los propios catamarqueños compartan y creen nuevas expresiones y manifestaciones culturales.

La Casa de la Cultura no solo será un museo para reconocer el pasado, sino también un centro  dinámico para vivir el presente e imaginar y forjar el futuro cultural de Catamarca.

La tecnología, puesta al servicio de la interpretación del patrimonio y aplicada a partir de un importante trabajo de investigación multidisciplinario, ha permitido que la Casa se convierta en un espacio donde confluyen vanguardia y tradición.

La casa de Octaviano Navarro

Por su arquitectura, por su ubicación central en el casco histórico de San Fernando del Valle de Catamarca, por su ilustre propietario original, la actual Casa de la Cultura de Catamarca es un verdadero hito del patrimonio arquitectónico e histórico de la provincia.

Durante su primera gobernación (1856-1859) el general Octaviano Navarro encarga al arquitecto italiano Luis Caravati, que por entonces ya había iniciado la construcción de La Alameda, la realización de su residencia familiar.

La edificación de una casa de doble planta, fachada simétrica y balcón central hace que la construcción destaque en el perfil urbano de aquella época.

A su valor arquitectónico se fue sumando después todo el valor histórico de un espacio que se convirtió en centro de gravitación de la vida política y social de la Catamarca de la segunda mitad del siglo XIX.

A lo largo del siglo XX la antigua casona fue habitada por otras familias, tanto herederos de Navarro como locatarios, y durante muchos años tuvo uso comercial.

En el imaginario colectivo de muchos aún perdura el recuerdo de la confitería La Esmeralda, que durante 60 años llevó adelante la familia Roselló y cuyas masas han endulzado el paladar de  generaciones y generaciones de catamarqueños.

Recuperación edilicia

En el año 1996 la casa fue declarada Monumento Histórico Provincial y, en el año 2006, mediante Ley N° 5188 y decreto N° 1410, fue expropiada por el Gobierno de la Provincia con la finalidad de convertirse en "Casa de la Cultura de Catamarca, Centro de Referencia del Patrimonio Cultural de la Provincia y de cada uno de sus departamentos…”

Desde entonces se realizaron varias intervenciones arquitectónicas tendientes a recuperar el edificio, que no prosperaron. Hasta que, por decisión de la gobernadora Lucía Corpacci, se reiniciaron las obras para concluir la recuperación edilicia y poder cumplir con la finalidad de la expropiación: convertir la antigua residencia familiar de Navarro en la Casa de la Cultura de Catamarca.

A través del Ministerio de Obras Públicas se contrató en una primera etapa a una empresa privada, que se encargó de la recuperación de la planta alta y baja del primer patio y de la construcción de los núcleos sanitarios.

En una segunda etapa, por administración, se concretó la recuperación y restauración conservativa a través de trabajos de cateos sobre estructuras de madera, metálica, molduras, pisos y pintura. A su vez, se colocaron adoquines en el segundo patio y se recuperaron muros originales, se parquizó y colocó estructura con evolución fotográfica de la obra en el tercer patio; también se realizó la instalación eléctrica completa del edificio, incluyendo la colocación de artefactos de iluminación, y toda la carpintería interior respetando las originales.

Montaje museográfico

Un equipo interdisciplinario integrado por personal técnico de la Secretaría de Cultura de la Provincia junto a especialistas de la Fundación Patrimonium trabajó en la investigación de base, el desarrollo del guión museográfico y el trabajo de montaje de la muestra interactiva sobre distintos aspectos del patrimonio de Catamarca, que se ofrecerá en las distintas salas de la planta baja.

Para el desarrollo de los distintos contenidos de la Casa se contó también con el aporte realizado por descendientes de la familia Navarro, por áreas de Gobierno como la Secretaría de Turismo, la Secretaría del Ambiente y la Subsecretaría de Medios.

Bajo un concepto moderno y participativo, la Casa de la Cultura invita a sumergirse en la cultura local, a escucharla, a sentirla, a vivenciarla. La intención es que, quien la visite, salga con ganas de conocer más sobre la provincia. Y, al mismo tiempo, quiera volver a la casa y sentirse como un habitante más, generando propuestas culturales, articulando realizaciones, participando de la vida que tendrá como centro cultural.

El rescate de la historia misma de la casa, a través de las personas que la habitaron y los usos que tuvo a lo largo de los más de 100 años en que fue habitada, atraviesa el recorrido y sale al encuentro del visitante a través de paneles, imágenes y relatos que reconstruyen parte de esa época.

Una vez que se realice la apertura de la casa, se programarán diferentes actividades culturales. Entre ellas exposiciones visuales, ciclos de música, de teatro, de poesía, presentaciones de libros, entre otras actividades.

Es decisión de esta gestión trabajar fuertemente en acciones que permitan que la gente se apropie de este espacio, se vea reflejada en él y que piense en el mismo como un lugar en el que pueden visibilizar todas las expresiones de la comunidad.

Los espacios de la Casa

Sala de recepción. Ubicada a la derecha del ingreso, la sala de recepción dará la bienvenida al visitante y desde allí se organizarán las visitas, guiadas por personal de la casa. En esta sala, una mesa interactiva ofrece contenidos vinculados a distintos aspectos del patrimonio cultural de Catamarca y desde una de las paredes se evoca la historia de la panadería y confitería La Esmeralda, que funcionó en la casa por seis décadas. También habrá allí un espacio permanente de exposición y venta de discos y libros de autores catamarqueños.

Sala del Patrimonio Arqueológico: El territorio catamarqueño ha sido gravitante en el desarrollo de distintas culturales originarias. Sus vestigios, conocimientos e iconografía siguen estando presentes en estos tiempos. Esta sala permitirá exponer –con muestras renovadas- distintas piezas arqueológicas que son patrimonio de Catamarca con su necesario contexto a través de información visual e interactiva. Un muro contará el trabajo que realizan los arqueólogos, estudiando y poniendo en valor esas culturas. Y con una novedosa tecnología se recreará una de las tantas cuevas con pinturas rupestres que existen en el este de la provincia.

Sala del Patrimonio Textil. En esta sala, el arte textil es el vehículo de transmisión de una identidad que conecta historias antiguas y recientes. La tradición textil de Catamarca se puede ver plasmada en imágenes con rostros y manos de sus hilanderos y tejedores, se puede sentir al tocar las distintas fibras que se usan para tejeduría y se puede proyectar con los diseños contemporáneos que se valen de sus técnicas y saberes.

Sala del Patrimonio Gastronómico. La antigua cocina de la casa fue reacondicionada para recrear una cocina de época donde, a través de distintos recursos interactivos, se desafía al visitante con una trivia sobre conocimientos de la gastronomía local. Un holograma en tamaño real de una cocinera comparte recetas tradicionales de Catamarca e historias y secretos de la tradición culinaria local.

Sala de microcine: Dotada de una pantalla de alta definición de 72 pulgadas, una de las salas que da al primer patio de la casa funcionará como microcine, pequeño auditorio y sala de exposiciones para muestras audiovisuales y de artes visuales de pequeño formato.

Salas de exposiciones itinerantes. La planta alta de la casa cuenta con dos espaciosas salas de exposiciones donde, con propuestas que se irán renovando, se irán mostrando las manifestaciones más contemporáneas del arte, el diseño y las artesanías.

Primer patio: En el marco del recorrido el primer patio de la Casa conserva un sector con el piso original. En una de las paredes, un panel recuerda al Gral Navarro y su familia, primeros habitantes del lugar.

Segundo patio: Se trata de un patio seco donde se han preservado las bocas de los hornos y desde donde se evoca la labor de los maestros panaderos que, durante el tiempo en que funcionó La Esmeralda eran los encargados de controlar la cocción. El lugar permite la realización de distintos eventos artísticos, desde muestras a conciertos o espectáculos de carácter íntimo.

Tercer Patio / Patio verde: En este corazón verde de la casa,  se aborda el patrimonio natural de Catamarca, a través de su flora y fauna más representativa. Unos tótems exponen desde lo científico, lo mítico y lo poético sobre el cóndor, la vicuña, el algarrobo, el maíz y el cardón.

El lugar también estará habilitado a múltiples usos vinculados a lo artístico y cultural pudiendo servir para presentaciones, encuentros, proyecciones, conciertos, etc.