Esta casona, ubicada estratégicamente frente a la plaza 25
de Mayo, ha sido testigo y protagonista del devenir histórico, político, social
y hasta comercial de San Fernando del Valle.
Hoy se recupera con un sentido más amplio: queremos que sea
un espacio desde el que sumergirse en los distintos aspectos de la cultura de
Catamarca. Que funcione como un disparador que invite a recorrer todo el territorio
de la provincia. Y que, al mismo tiempo, sea el lugar donde los propios
catamarqueños compartan y creen nuevas expresiones y manifestaciones
culturales.
La Casa de la Cultura no solo será un museo para reconocer
el pasado, sino también un centro dinámico
para vivir el presente e imaginar y forjar el futuro cultural de Catamarca.
La tecnología, puesta al servicio de la interpretación del
patrimonio y aplicada a partir de un importante trabajo de investigación
multidisciplinario, ha permitido que la Casa se convierta en un espacio donde
confluyen vanguardia y tradición.
La casa de Octaviano
Navarro
Por su arquitectura, por su ubicación central en el casco
histórico de San Fernando del Valle de Catamarca, por su ilustre propietario
original, la actual Casa de la Cultura de Catamarca es un verdadero hito del
patrimonio arquitectónico e histórico de la provincia.
Durante su primera gobernación (1856-1859) el general
Octaviano Navarro encarga al arquitecto italiano Luis Caravati, que por
entonces ya había iniciado la construcción de La Alameda, la realización de su
residencia familiar.
La edificación de una casa de doble planta, fachada simétrica y balcón central hace que la
construcción destaque en el perfil urbano de aquella época.
A su valor arquitectónico se fue sumando después todo el
valor histórico de un espacio que se convirtió en centro de gravitación de la
vida política y social de la Catamarca de la segunda mitad del siglo XIX.
A lo largo del siglo XX la antigua casona fue habitada por
otras familias, tanto herederos de Navarro como locatarios, y durante muchos
años tuvo uso comercial.
En el imaginario colectivo de muchos aún perdura el recuerdo
de la confitería La Esmeralda, que durante 60 años llevó adelante la familia
Roselló y cuyas masas han endulzado el paladar de generaciones y generaciones de catamarqueños.
Recuperación edilicia
En el año 1996 la casa fue declarada Monumento Histórico
Provincial y, en el año 2006, mediante Ley N° 5188 y decreto N° 1410, fue
expropiada por el Gobierno de la Provincia con la finalidad de convertirse en
"Casa de la Cultura de Catamarca, Centro de Referencia del Patrimonio Cultural
de la Provincia y de cada uno de sus departamentos…”
Desde entonces se realizaron varias intervenciones
arquitectónicas tendientes a recuperar el edificio, que no prosperaron. Hasta
que, por decisión de la gobernadora Lucía Corpacci, se reiniciaron las obras
para concluir la recuperación edilicia y poder cumplir con la finalidad de la
expropiación: convertir la antigua residencia familiar de Navarro en la Casa de
la Cultura de Catamarca.
A través del Ministerio de Obras Públicas se contrató en una
primera etapa a una empresa privada, que se encargó de la recuperación de la
planta alta y baja del primer patio y de la construcción de los núcleos
sanitarios.
En una segunda etapa, por administración, se concretó la
recuperación y restauración conservativa a través de trabajos de cateos sobre
estructuras de madera, metálica, molduras, pisos y pintura. A su vez, se
colocaron adoquines en el segundo patio y se recuperaron muros originales, se
parquizó y colocó estructura con evolución fotográfica de la obra en el tercer
patio; también se realizó la instalación eléctrica completa del edificio,
incluyendo la colocación de artefactos de iluminación, y toda la carpintería
interior respetando las originales.
Montaje museográfico
Un equipo interdisciplinario integrado por personal técnico
de la Secretaría de Cultura de la Provincia junto a especialistas de la
Fundación Patrimonium trabajó en la investigación de base, el desarrollo del
guión museográfico y el trabajo de montaje de la muestra interactiva sobre
distintos aspectos del patrimonio de Catamarca, que se ofrecerá en las
distintas salas de la planta baja.
Para el desarrollo de los distintos contenidos de la Casa se
contó también con el aporte realizado por descendientes de la familia Navarro,
por áreas de Gobierno como la Secretaría de Turismo, la Secretaría del Ambiente
y la Subsecretaría de Medios.
Bajo un concepto moderno y participativo, la Casa de la
Cultura invita a sumergirse en la cultura local, a escucharla, a sentirla, a
vivenciarla. La intención es que, quien la visite, salga con ganas de conocer
más sobre la provincia. Y, al mismo tiempo, quiera volver a la casa y sentirse
como un habitante más, generando propuestas culturales, articulando
realizaciones, participando de la vida que tendrá como centro cultural.
El rescate de la historia misma de la casa, a través de las
personas que la habitaron y los usos que tuvo a lo largo de los más de 100 años
en que fue habitada, atraviesa el recorrido y sale al encuentro del visitante a
través de paneles, imágenes y relatos que reconstruyen parte de esa época.
Una vez que se realice la apertura de la casa, se
programarán diferentes actividades culturales. Entre ellas exposiciones
visuales, ciclos de música, de teatro, de poesía, presentaciones de libros,
entre otras actividades.
Es decisión de esta gestión trabajar fuertemente en acciones
que permitan que la gente se apropie de este espacio, se vea reflejada en él y
que piense en el mismo como un lugar en el que pueden visibilizar todas las expresiones
de la comunidad.
Los espacios de la Casa
Sala de recepción. Ubicada a la derecha del ingreso, la sala
de recepción dará la bienvenida al visitante y desde allí se organizarán las
visitas, guiadas por personal de la casa. En esta sala, una mesa interactiva
ofrece contenidos vinculados a distintos aspectos del patrimonio cultural de
Catamarca y desde una de las paredes se evoca la historia de la panadería y
confitería La Esmeralda, que funcionó en la casa por seis décadas. También
habrá allí un espacio permanente de exposición y venta de discos y libros de
autores catamarqueños.
Sala del Patrimonio Arqueológico: El territorio catamarqueño
ha sido gravitante en el desarrollo de distintas culturales originarias. Sus
vestigios, conocimientos e iconografía siguen estando presentes en estos
tiempos. Esta sala permitirá exponer –con muestras renovadas- distintas piezas
arqueológicas que son patrimonio de Catamarca con su necesario contexto a
través de información visual e interactiva. Un muro contará el trabajo que
realizan los arqueólogos, estudiando y poniendo en valor esas culturas. Y con
una novedosa tecnología se recreará una de las tantas cuevas con pinturas
rupestres que existen en el este de la provincia.
Sala del Patrimonio Textil. En esta sala, el arte textil es
el vehículo de transmisión de una identidad que conecta historias antiguas y
recientes. La tradición textil de Catamarca se puede ver plasmada en imágenes
con rostros y manos de sus hilanderos y tejedores, se puede sentir al tocar las
distintas fibras que se usan para tejeduría y se puede proyectar con los
diseños contemporáneos que se valen de sus técnicas y saberes.
Sala del Patrimonio Gastronómico. La antigua cocina de la
casa fue reacondicionada para recrear una cocina de época donde, a través de
distintos recursos interactivos, se desafía al visitante con una trivia sobre
conocimientos de la gastronomía local. Un holograma en tamaño real de una
cocinera comparte recetas tradicionales de Catamarca e historias y secretos de
la tradición culinaria local.
Sala de microcine: Dotada de una pantalla de alta definición
de 72 pulgadas, una de las salas que da al primer patio de la casa funcionará
como microcine, pequeño auditorio y sala de exposiciones para muestras
audiovisuales y de artes visuales de pequeño formato.
Salas de exposiciones itinerantes. La planta alta de la casa
cuenta con dos espaciosas salas de exposiciones donde, con propuestas que se
irán renovando, se irán mostrando las manifestaciones más contemporáneas del
arte, el diseño y las artesanías.
Primer patio: En el marco del recorrido el primer patio de
la Casa conserva un sector con el piso original. En una de las paredes, un
panel recuerda al Gral Navarro y su familia, primeros habitantes del lugar.
Segundo patio: Se trata de un patio seco donde se han
preservado las bocas de los hornos y desde donde se evoca la labor de los
maestros panaderos que, durante el tiempo en que funcionó La Esmeralda eran los
encargados de controlar la cocción. El lugar permite la realización de
distintos eventos artísticos, desde muestras a conciertos o espectáculos de
carácter íntimo.
Tercer Patio / Patio verde: En este corazón verde de la
casa, se aborda el patrimonio natural de
Catamarca, a través de su flora y fauna más representativa. Unos tótems exponen
desde lo científico, lo mítico y lo poético sobre el cóndor, la vicuña, el
algarrobo, el maíz y el cardón.
El lugar también estará habilitado a múltiples usos
vinculados a lo artístico y cultural pudiendo servir para presentaciones,
encuentros, proyecciones, conciertos, etc.