Don Pedro, con sus 87 años de vida, era parte de la gran
historia musical y ricas anécdotas de aquellos bailes que se hacían algunas décadas
atrás en la que muchos fiambalenses deleitaban y bailaban aquellas interpretaciones
que ejecutaba aún siendo integrante de la fuerza policial.
Por su amor por la música, lo llevaba a olvidarse por un
rato que usaba uniforme y hacia bailar con su bandoneón o acordeón a todos los
presentes hasta la madrugada.
Además de ser un gran intérprete, se destacó por ser un
excelente esposo, padre, abuelo y vecino, por lo que muchos lloran su partida
de este mundo para pasar a la vida eterna, allí donde sin dudas lo espera su
hijo "Pocho", quien había heredado el arte de ser músico como su padre.
El vecindario de Barranco y Santa Bárbara extrañará aquel
hombre que a pesar de sus años, no descuidaba sus viñedos, sus hortalizas y su
cosecha, quien en horas tempranas tomaba sus mates para salir con su pala a
realizar algún trabajo en su casa y de esa manera sentirse útil como fue toda
su vida.
Fuente: El Abaucán Digital