La Eucaristía fue concelebrada por párroco saliente, Pbro.
Juan Olmos, y el Pbro. José Antonio Díaz, Vicario Episcopal de Pastoral.
El templo ubicado en calle 1 de Mayo, entre avenida Güemes y
calle La Rioja, frente a la plaza 25 de Agosto, se vio colmado de fieles
provenientes de las cuatro comunidades que conforman la parroquia, quienes se
dieron cita para despedir al P. Juan Olmos, y darle la bienvenida al P. Murúa.
Con la lectura del decreto, dio inicio la celebración,
seguido por la bendición del agua con la que el nuevo párroco bendijo a todos
los fieles presentes. Durante la Liturgia de la Palabra, el Obispo le hizo
entrega del Libro de la Palabra de Dios para que proclame el Evangelio a la
comunidad.
En su homilía, Mons. Urbanc agradeció al P. Olmos el trabajo
realizado en la parroquia durante estos seis años y la disponibilidad del P.
Murúa al aceptar esta nueva tarea que le encomendó.
Reflexionando a la luz de la Palabra proclamada, destacó la
figura del Pastor, "que vive en medio de las ovejas, va adelante para guiarlas
y atrás para buscar y animar a las que pierden el camino”.
Animó al P. Murúa a ser también el guía y formador de la
comunidad, ayudando a los fieles a encontrar a Dios en los hermanos y la
alegría de la vida en comunidad.
Luego, el nuevo párroco realizó la profesión de fe y la
renovación de sus promesas sacerdotales frente a la comunidad y al Pastor
Diocesano, quien, a continuación, le entregó los óleos sagrados, el cáliz, la
patena y las llaves del sagrario.
Antes de la bendición final, el flamante párroco expresó
unas palabras de agradecimiento a los fieles venidos desde el departamento Fray
Mamerto Esquiú, donde fue párroco los últimos seis años, y a las comunidades
del Sagrado Corazón que lo reciben en su nuevo destino.
Al finalizar la celebración se realizó un fraterno brindis
de bienvenida a la canasta.