Se fue un muy buen catamarqueño, Eduardo Toledo

En medio de innumerables muestras de pesar e indisimulada congoja fueron sepultados esta tarde los restos del Ing. Eduardo Toledo, secretario de Agricultura, Ganadería y Agroindustria de la provincia, fallecido anoche en esta ciudad.
martes, 23 de mayo de 2017 18:08
martes, 23 de mayo de 2017 18:08

El sepelio tuvo lugar en el cementerio parque Sierra Serena, del departamento Fray Mamerto Esquiú, hasta donde llegó un numeroso cortejo de familiares, amigos, colegas, autoridades y compañeros de trabajo del correcto funcionario provincial, que, inesperadamente, dejó de existir en la noche del lunes último, a los 65 años de edad, a causa de un aneurisma de aorta.

Miembro de una respetada y muy apreciada familia, estaba casado con la Dra. Ana María Jalil, y era padre de tres hijos; el mayor Federico ya fallecido. Y era hermano del intérprete folclórico Rafael Toledo y las reconocidas docentes Aida y Mabel Toledo, además de estar vinculado social, profesional, comercial y hasta políticamente con los más variados representantes de la sociedad catamarqueña.

Al velatorio de sus restos asistió la gobernadora de la provincia, Dra. Lucía Corpacci, acompañada de la mayor parte de su gabinete; el intendente Raúl Jalil (primo político de Toledo); y la totalidad de sus colaboradores y compañeros de trabajo en la Secretaría de Agricultura a su cargo.

De una proverbial humildad y significativa sensibilidad, por su profesión de Ingeniero Agrónomo, mantuvo por años una cercana relación con los distintos sectores de la producción catamarqueña, desde los tabacaleros o los cabriteros del Este, los tamberos del Valle Central, los nogaleros u olivicultores de Capayán, Pomán, Ambato o Belén, los mebrilleros de Andalgalá, los criadores de La Puna o Antofagasta, los pimentoneros santamarianos o los viñateros de Tinogasta y Fiamabalá, zona en la que había recreado un espacio íntimo para deleitarse con el vino de su propia cosecha.

Atento y leal con las personas a su cargo, además de sus cercanos dolientes, durante sus exequias, los más apenados eran quienes habían sido los choferes, ordenanzas o colaboradores de sus tareas habituales, ya sea en la función pública o la actividad privada.

Peronista de toda la vida, además de funcionario en el actual gobierno provincial, Toledo acompañó en distintas funciones los gobiernos justicialistas de Ramón y Vicente Saadi; fue diputado provincial y presidente de la Junta Capital del Partido Justicialista. Sin embargo, su pertenencia política nunca fue obstáculo para que cultivara amistades de todas las orientaciones partidarias, circunstancia evidenciada también hoy en el conmovedor instante de su despedida.

El responso del sacerdote Julio Quiroga del Pino trasmitió la ritual oración para reconfortar a sus deudos con el designio del pasaje espiritual a un destino menos cruento que la muerte, y los hinchas de San Lorenzo –como él- le tendieron una bandera "azulgrana” sobre el féretro para que lo acompañe en su tránsito celestial, como aquí lo cobijó en otra escala de sus sueños.

Se fue un muy buen catamarqueño, Eduardo Toledo…, que brille para él la luz que no tiene fin.