viernes, 23 de junio de 2017
14:35
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El nuevo y amplio templo fue puesto bajo el patronazgo del Señor Resucitado y de Nuestra Señora de Guadalupe.
La ceremonia litúrgica fue concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, el Párroco del Sagrado Corazón de Jesús, a cuya jurisdicción pertenece la necrópolis local, Pbro. Julio Murúa, el Capellán del Cementerio Municipal, Pbro. Gustavo Molas, y el Capellán de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle, Pbro. Diego Manzaraz.
Contó con la presencia de las autoridades que tuvieron a su cargo la obra, encabezadas por el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, el Presidente del Concejo Deliberante, Juan Cruz Miranda, y el concejal del sector, Juan Sigampa. También estuvieron presentes los trabajadores municipales, floristas y comerciantes junto a fieles del sector.
En su homilía, el Obispo agradeció el trabajo realizado y explicó el significado de la liturgia de esta ceremonia tan especial de dedicación del templo y consagración del altar.
Expresó que "una vez más nuestra comunidad cristiana se viste de fiesta, porque hoy estamos celebrando al Sagrado Corazón de Jesús” y "en el marco de esta gran fiesta de la misericordia, estamos unidos en esta hermosa celebración para habilitar un nuevo edificio para el culto en el cementerio, así que agradezco profundamente a todos los que hicieron posible esta obra, todos pusieron su granito de arena. Y esto es muy importante para nuestro cementerio municipal, porque aquí vendrán los hermanos llenos de dolor a experimentar el consuelo”.
Destacó la importancia de la capilla porque "es algo tan importante a la hora de la partida de nuestros seres queridos, es un lugar para el culto donde se puede celebrar una misa, o por lo menos rezar un responso para los hermanos que dejan este mundo y van a la misericordia de Dios”.
Luego explicó que "a este templo, este edificio, hoy lo voy a dedicar para que quede dedicado pura y exclusivamente a Dios. Por eso se lo arregló tan bien, se lo acondicionó para que sirva sólo para el culto”. Hizo hincapié en que "vendrán los deudos a darle cristiana sepultura a su familiar, amigo o vecino, a celebrar la misa. Aquí no se podrán celebrar matrimonios, ni bautismos, ni confirmaciones, es un templo solamente para la misa exequial, los responsos y misas de difuntos”.
En otro momento de su predicación, resaltó que "en esta misa también voy a consagrar el altar, que representa a Jesús, sacerdote, altar y víctima para nuestra salvación. Y tiene un simbolismo particular, este templo está dedicado a Jesús Resucitado y a la Virgen de Guadalupe, y este altar representa la tumba vacía de Jesucristo, y arriba lo tienen a Jesús vivo. Ojalá cuando vengan los deudos puedan entender que Jesús está vivo, y precisamente por eso nosotros sepultamos en el campo santo a nuestros seres queridos. Él vive, Él es el Viviente que acoge entre sus brazos a los que culminan su vida en este mundo”.
La celebración continuó con el canto de las Letanías, guiado por el Coro del Santuario Mariano, y la bendición del Santo Crisma con el que el Obispo ungió el altar y las cruces ubicadas en las paredes del templo.
A continuación se quemó incienso sobre el altar y se incensó la nave y a los fieles presentes.
Miembros de la comunidad, trabajadores de la obra y del cementerio colocaron reliquias de Santa Maravillas de Jesús en la urna del altar, luego lo revistieron con manteles, y lo adornaron con flores y velas donados por los trabajadores de ese sector barrial. También presentaron como ofrenda ornamentos y elementos litúrgicos.
El altar quedó consagrado con la celebración del rito eucarístico y después de la bendición final, culminó la celebración con la firma del acta correspondiente.