Macri indicó en conferencia de prensa que "lo lamento
profundamente. cuando me lo comunicó me provocó tristeza".
Aún no se conoce quién se hará cargo del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos y si será alguien de
Por su parte, Sanz utilizó su cuenta de Facebook para
detallar qué lo llevó a tomar esta decisión.
Su carta explicando las razones:
UNA NUEVA ETAPA PARA EL PAÍS, PARA
Pocas veces me he sentado a escribir con tanta carga emotiva
como en este momento.
Muchos medios me han pedido notas de opinión que trataré de
cumplir. Pero antes, quiero transmitir lo que estoy viviendo en este espacio
personal, directo y casi íntimo.
Se abre una nueva etapa en
Acostumbrados a escenarios predeterminados donde otros
decidían, lo que hoy comienza no tiene otros dueños que los propios ciudadanos.
Libres, adultos, responsables. Orientados sí, por una
dirigencia política que no se cree fundacional ni omnipotente. Creo con todo mi
corazón que Mauricio Macri y Gaby Michetti serán el catalizador de un cambio
positivo, no tan solo de rumbo hacia el progreso y desarrollo, sino un cambio
más profundo y más intenso en aquello que no se ve a simple vista, pero que
inunda a toda una gestión.
Habrá en
Se abre también una nueva etapa para
Etapa que no empezó en Gualeguaychú, como pareciera, aunque
esa Convención quedará para siempre en la historia de los grandes eventos ya no
del partido, sino del país.
El cambio empezó a gestarse mucho antes. Silenciosamente en
muchos momentos, con gran notoriedad en otros.
El cambio arrancó desde el mismo momento en que decidimos
pararnos en la vereda de enfrente del Kirchnerismo, sabiendo que no había ni
hubo nunca allí un "proyecto nacional y popular de inclusión", sino
un puro, simple y hasta primitivo modelo de acumulación poder político y
económico.
Esta clarita la diferencia, ¿no?
Fueron muchos años de transitar el desierto. Resistencia,
templanza, coraje cívico. Y, por qué no, cierta incomprensión en momentos en
que el modelo "arrasaba" no sólo en las urnas, sino en la
consideración pública.
Pero allí estuvimos. Enfrentando al poder desde una banca,
como en aquellos debates de hace diez años con la propia Cristina Fernández de
Kirchner. Superpoderes, DNU, Consejo de
Luego con la resolución 125, liderando al arco opositor. Y
ahora, en este tiempo, haciéndonos cargo del más importante desafío de la
democracia recuperada en el 83: evitar la hegemonía del partido único,
devolviendo al sistema las dos grandes columnas de la calidad democrática:
EQUILIBRIO y ALTERNANCIA.
Viene ahora un tiempo distinto. Hemos recuperado la
condición de partido de gobierno, que es mucho más que compartir un gabinete.
Allí están los cientos de concejales, legisladores
provinciales, intendentes, gobernadores y legisladores nacionales que conforman
una fuerza ineludible e indispensable para gobernar
Pero con los nuevos tiempos vienen también nuevos desafíos.
No hay registro en nuestra historia de haber llegado al
poder en una coalición cuya conducción no pertenece a
Allí está entonces el nudo del desafío, que no es otro que compartir
GESTIÓN y POLÍTICA. No habrá buen gobierno si no se entiende que ambos factores
son indisolubles.
Cambiemos está lo suficientemente maduro como Frente de
Gobierno para hacerse cargo de ese desafío, y los radicales aportaremos todo lo
que somos y tenemos para ese fin.
Por último, sabiendo que no es lo más importante pero sí lo
que cause más impacto por lo novedoso, quiero contarles que esta nueva etapa
también lo es para mi vida personal.
Es algo muy simple y profundo desde el sentimiento, aunque
complejo y difícil de comunicar desde la racionalidad.
Primero una definición: soy un hombre que actúa en política
y no un político que en sus ratos libres se acuerda que hay "algo
más" fuera de la política. Pasa que eso, tan obvio, queda distorsionado por
la realidad durante muchos años. Tantos que ya me cuesta recordar el comienzo.
Exceso de responsabilidad, adrenalina, desafíos permanentes,
ego, vanidades... Un cóctel impresionante que formó un torbellino de enorme
intensidad sobre todo en los últimos 10 años.
Podría definirlo de mil maneras, desde muchos ángulos, pero
lo resumo en una frase para que se entienda bien: Soy, sin duda, el político
argentino que acumula más días y noches fuera de su hogar en los últimos años.
Y acá viene entonces el cambio, que llega también a mi vida
personal. He decidido recuperar el espacio de hombre, que es el espacio de mis
amores, de mi lugar en el mundo y también el espacio de sueños de vida que fui
postergando mucho - demasiado- tiempo y que ha llegado la hora de concretar.
No voy a ocupar ningún lugar ni en el Gobierno ni en mi
Partido.
Lo saben ya Mauricio Macri y los máximos dirigentes del
radicalismo; y lo saben, como corresponde, antes de esta carta y fruto de
conversaciones íntimas, emotivas y muy pero muy valiosas.
También saben que estoy y estaré ayudando de muchas formas y
en circunstancias varias, porque la política forma parte de mi propio ser, aún
cuando me aleje de los cargos públicos.
De lo que se trata, en definitiva, es que para poder ayudar
a otros a ser felices uno mismo debe encontrar su propia felicidad.
He elegido el camino, porque ante todo, soy todavía el dueño
de mi vida. O, como repitió tantas veces Mandela de aquel poema Invictus de
William Henley: "yo soy el capitán de mi alma".
En fin, como dice el título de esta carta, una nueva etapa para todos. Para vivirla con alegría, con pasión, con mucho amor por el país, por su gente, por la buena y sana política. Y por nosotros, que nos lo merecemos.
Gracias .... Y VIVA