El pontífice abogó por "defender la
dignidad de cada hombre y mujer" y conminó a "recibir a los niños
como una bendición para nuestro mundo", pues todos son parte de "la
única familia humana", frente a miles de personas que esperaron bajo la
lluvia durante horas para poder entrar a la Universidad de Nairobi, donde
celebró una misa multitudinaria.
Las palabras del papa tienen especial
relevancia en Kenia, un país en el que alrededor del 45 por ciento de las
mujeres sufrieron algún tipo de maltrato físico o sexual.
"La sociedad keniana ha sido
abundantemente bendecida con una sólida vida familiar, con un profundo respeto
por la sabiduría de los ancianos y con un gran amor por los niños", agregó
Francisco ante miles de fieles.
Asimismo, hizo un llamamiento "a estar
cerca de todos los que pasan necesidad" y recordó que las familias
cristianas deben preocuparse de los demás, sobre todo en una época de
"avances de nuevos desiertos creados por la cultura del egoísmo y de la
indiferencia".
Además, el papa Francisco instó a los
jóvenes a construir una sociedad "cada vez más justa, inclusiva y
respetuosa" a través del idealismo y el rechazo a "todo prejuicio y
discriminación".
"Aquí, en el corazón de esta
Universidad, donde se forman las mentes y corazones de las nuevas generaciones,
hago un llamamiento especial a los jóvenes", reclamó el pontífice, citado
por EFE.
Que "los grandes valores" de la
tradición africana y "el generoso idealismo" de su juventud les guíen
"en su esfuerzo por construir una sociedad que sea cada vez más justa,
inclusiva y respetuosa de la dignidad humana", agregó.
"Rechacen todo prejuicio y discriminación, porque todas estas cosas no son de Dios", remarcó finalmente.