jueves, 23 de septiembre de 2010
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Una práctica que se ha vuelto común por parte de los delincuentes es la de arrojar piedras contra los vidrios de los autos que po allí pasan.
Esta tarde el blanco elegido por los malhechores fue un Fiat Uno que sufrió la rotura del parabrisas producto de una pedrada, aunque afortunadamente no hubo que lamentar víctimas ni heridos.
El objetivo de los ladrones es que el conductor detenga su marcha para ver qué sucedió, y aprovechar ese momento para robarles.