Ahora dice que faltó porque no tiene aprobada una ley provincial. Ergo: ¿para qué se fue entonces?; si se hubiera quedado nos habría ahorrado una importante suma a todos.
Fue un verdadero bochorno su faltazo a la Comisión del Senado Nacional que trata el proyecto con media sanción de la Ley de Glaciares. Eduardo Brizuela del Moral partió de Catamarca con una importante comitiva, y a un costo significativo en materia de viáticos y traslados, para defender los intereses de la provincia en la metería. Por allá nunca apareció; valla uno a saber por qué.
El hecho es que ahora, para intentar excusarse por semejante papelón, que llegó incluso a molestar a otros mandatarios de provincias que contaban con su participación en lo que entienden es una cruzada contra los avances del Estado nacional contra las autonomías provinciales, desde el Gobierno se argumenta que el faltazo se debió a que Brizuela es el único gobernador de los que estaban presentes en Buenos Aires que no tenía aprobada una ley provincial de glaciares.
La argumentación es endeble, cuando no ridícula, por una razón muy sencilla: cuando Eduardo Brizuela del Moral partió de Catamarca ya se sabía que no estaba aprobada la ley que se analiza en la Cámara de Diputados.
Desde Casa de Gobierno se intentó explicar que los otros gobernadores defendieron en Buenos Aires los intereses de sus provincias porque tienen una ley provincial de glaciares, “pero acá estamos esperando la media sanción de Diputados", dijo el ministro de Gobierno, Javier Silva.
Y la oportunidad sirvió para intentar responsabilizar a otros de las propias culpas del oficialismo. Silva instó a "que los diputados asuman la responsabilidad que tienen y cumplan con su obligación, aprueben o no, pero que la traten y que esta ley no quede en un cajón".
Curiosamente, sobre este mismo tema, ayer mismo Silva había dicho que el faltazo del primer mandatario se debía que recientemente el secretario de Minería, Jorge Erenchuk, ya había realizado la defensa de la provincia el Senado, que no hacia falta la presencia de Brizuela. Como sea, una u otra explicación surge siempre la misma duda: ¿para que se fue a Buenos Aires?