Las exposiciones estuvieron a cargo de Germán Urman, subsecretario de Organización y Capacitación Popular del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; Santiago Fraschina, coordinador nacional de Comercio de Proximidad de la Secretaría de Comercio de la Nación; y Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales "Scalabrini Ortiz".
En la ocasión, recordaron que "la deuda externa argentina fue brutal e ilegítimamente contraída por la dictadura del ‘proceso’ militar de Videla, Massera y Agosti, facilitando la estatización de los pasivos de las grandes empresas privadas del país por decisión de su ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, quien representaba los intereses del norteamericano Rockefeller”.
Añadieron que "asimismo, la historia reciente de la deuda nacional está marcada también por la ley de Convertibilidad de la década del ’90, cuando Menem y su ministro Domingo Cavallo, para sostener la ficción de que un pesos valía un dólar, endeudaron sistemáticamente al país”.
"El fin de esa ilusión –describieron- significó una crisis económica sin precedentes, que estalló a fines de 2001, durante el gobierno de De la Rúa, quien a instancias –nuevamente- de Cavallo, como ministro de Economía, recurrió al ‘megacanje’. Una maniobra que consistió en cambiar 48 bonos de duda por 5 a un plazo mayor, pero que implicó un aumento superior al 60 por ciento en el monto total de la deuda externa, con su correlato de estallido social, desempleo, desindustrialización y exclusión social”.
"¿Ante esta acuciante circunstancia de crisis, qué hicieron Néstor y Cristina…?”, se preguntaron los disertantes, pasando a explicar que "primero Kirchner y luego la actual presidenta eligieron un camino inverso al de más endeudamiento, proponiendo crecer para pagar. Como la deuda externa es imposible de pagar si el país no crece, idearon un plan de canje de deuda en 2005 y otro en 2010, que significó un acuerdo con el 92,4 por ciento de los acreedores, quienes aceptaron un nuevo bono ligado al crecimiento del PBI argentino, y por el cual no hubo que hacer recortes en la inversión social por parte del Estado”.
"El remanente de poco más del 7 por ciento de acreedores que no se avino a negociar en condiciones justas, legales y equitativas para ambas partes son los fondos buitres, cuyo negocio es la extorsión judicial admitida por el juez neoyorquino Thomas Griesa, y cuyo fallo obliga a pagar 1.500 millones de dólares, en el mismo momento en que se pague a los tenedores que aceptaron el canje”.
Aquí está actualmente detenida la cuestión con las negociaciones que se llevan a cabo en Nueva York. "¿Pero qué ocurriría si el 92,4 por ciento de los bonistas que entraron al canje reclamaran lo mismo que Griesa justificó en su perversa sentencia…?”, volvieron a interrogarse los expositores, aclarando que "en ese caso, la Argentina podría afrontar juicios por valores que algunos especialistas estiman en más de 500.000 millones de dólares, y que como mínimo se ubicarían en los 120.000 millones de dólares”.
En este tramo, los jóvenes dirigentes nacionales adhirieron las expresiones de la presidenta Cristina Fernández cuando dijo que "estamos dispuestos a pagar al 100 por ciento de los bonistas…, pero no aceptamos extorsiones”, respaldada con "el abrumador apoyo de la comunidad internacional expresado en la OEA (Organización de Estados Americanos), el G77 más China, la CELAC (Estados Latinoamericanos y del Caribe) y más de 80países en distintas instancias, entre los que se cuentan Rusia, Gran Bretaña, Italia, Suiza e inclusive Estados Unidos”.
"El gobierno nacional –concluyeron- está en la búsqueda de una respuesta al litigio judicial que no comprometa nuestra independencia económica, ni nuestra soberanía política, que son las bases para profundizar nuestro desarrollo y consolidar una Argentina justa, libre y soberana”.
De este Foro por la Soberanía Nacional, promovido e iniciado nivel nacional con estas disertaciones en Catamarca por la Subsecretaría de Organización y Capacitación Popular del Ministerio de Desarrollo Social, participaron dirigentes y fundamentalmente sectores juveniles de agrupaciones como Unidos y Organizados (La Cámpora, Nuevo Encuentro, Peronismo Militante, Juventud Intransigente, Corriente Nacional Peronista Descamisados, Kolina, Movimiento de Acción Popular ) y La Escuela de Formación Política del Partido Justicialista (PJ).