Otra visión de los actos por "Evita"

La unidad peronista, ¿una cuestión de Fe”

Los ámbitos religiosos parecen ser propicios para los reencuentros de los peronistas. Lo fue el Vaticano cuando el mismísimo Papa Francisco recibió en abril a la gobernadora Lucía Corpacci, al vicegobernador Dalmacio Mera y al por entonces presidente de la Cámara de Diputados, el “jalilista” Jorge Moreno. Y volvió a serlo la más sencilla parroquia de San Antonio de Padua, cuando el último sábado albergó -colmada- la celebración del 62° aniversario de la muerte de “Evita”.
lunes, 28 de julio de 2014 09:04
lunes, 28 de julio de 2014 09:04

Al decir de un "compañero” estaban "todos”, porque además de los nombrados, que expresan los principales sectores que originaron la vertebración del "kirchnerismo” vernáculo con la posterior formalidad del Frente para la Victoria/PJ, por estos días "desperdigado” en esas tres mismas vertientes, había senadores y diputados nacionales, legisladores provinciales de esas expresiones compartiendo los sacros bancos. Claro, con la excepción de los "barrionuevistas”, que hoy fervientes aliados del Frente Cívico, hicieron rancho aparte para honrar a la "Abanderada de los humildes”.

Sin que alcance para una compensación de fuerzas, el recinto eclesial de Almagro y Tucumán, tuvo también su presencia "frentecivista” en el recordado y nunca bien ponderado "Machete” Balverdi, mezclado con el histórico "Don Nievita”, tal vez el más veterano peronista de esta provincia, que vivió y asistió a los actos protagonizados por Juna Domingo Perón y su esposa Evita en Catamarca.

Y tanta fue la concurrencia que al padre Juan Orquera se le acabaron las ostias y debió recurrir a un cáliz sustituto para completar el fervoroso deseo de muchos peronistas por absolverse de sus pecados. Un poco lo había motivado el propio párroco, que instantes antes en el saludo de la paz, al pedir que se den "fraternalmente las manos” (el rito unió a Mera con el senador corpaccista Ramón Figueroa Castellanos), enfatizó sobre todo en "la unidad, porque sin unidad no hay paz” les dijo el sacerdote a los peronistas devotamente congregados. El cura pronunció "la necesidad de la unidad” con fuerza, pero ¿lo habrá interpretado su auditorio?.

Como sea, el padre Orquera se dio por satisfecho con su súplica, y tan contento quedó, que apenas pasado el solemne momento de la comunión, se largó a ensayar una serie de cantos litúrgicos aprovechando la "buena onda” de los presentes. Así emprendió, primero "con los que están sentados”, después con "los que están parados”, siguió con "ahora, solo las mujeres” y continuó "ahora, con los varones”, provocando la complaciente adhesión de los asistentes, que recibían con agrado la ocurrencia del "padre”. Cómo sería la alegría del cura que preguntando a sus fieles cotidianos "¿por qué se distingue la parroquia de San Antonio?”, aquellos le respondían "porque es una Iglesia que canta”.

Con ese mismo festivo ánimo, en medio de los cantos finales, el párroco Orquera, verticalista al fin como toda la Iglesia, se dirigió hacia el centro del templo, donde estaba la Dra. Corpacci, y tomándola del brazo la acompañó hasta la vereda de la capilla. Allí, esperaban las antorchas, que en silenciosa procesión partieron hacia la esquina de Av. Italia y Prado, donde está el monolito que recuerda a "Evita”, encabezadas por la gobernadora y el vicegobernador, juntos. Mera se excusó para retirarse a otro acto por Eva Perón, en el "Urbano Girardi”, pero después que a las 20.25 una trompeta llamara a silencio evocando el doloroso instante de deceso de la "Jefa Espiritual de la Nació”, hace ya 62 años.

Todavía no se conocen repercusiones a nivel de los "cabezones”, pero entre los peronistas sencillos había entusiasmo por "la juntada”, aunque sea por "Evita”, algo que no se había logrado ni en la celebración por el aniversario de la muerte de Perón el 1 de julio; pero que coincidentemente se repetía en un recinto religioso como escenario. Es que la unidad peronista, ¿será una cuestión de Fe?.