Del panorama político

Luis Barrionuevo, ¿un caso de síndrome de Estocolmo?

Analizar las andanzas políticas de Luis Barrionuevo siempre resultó un ejercicio complejo, de indescifrables, y tal vez muy pocas veces acertadas, conclusiones. Eso ocurrió desde los tiempos de su mayor esplendor en pleno “menemato” siendo uno de los armadores del “Pacto de Olivos” para la “re-re” del presidente nacido en Anillaco, o cuando comenzó a distanciarse del mismo Menem confesando que “tenemos que tratar de no robar por lo menos dos años, y este país sale adelante”.
jueves, 18 de septiembre de 2014 07:51
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En Catamarca, su actuación pública está más vinculada a la política partidaria que al sindicalismo, no obstante su decisiva como innegable ascendencia en el gremio de los gastronómicos, que lidera a nivel nacional. Y en ese plano el hito más conocido es su frustrada aspiración de llegar a la gobernación de la provincia, impedida por los radicales del Frente Cívico y Social, quienes le objetaron y lograron su inhabilitación por falta "de residencia”.

Aquella impugnación de la UCR encabezada entonces -como ahora- por Oscar Castillo y Brizuela del Moral (al margen de la ficción que representa el intendente de Fiambalá, Amado David Quintar) derivó en los escandalosos sucesos del 2 de marzo de 2003, con las quemas de las urnas que impidieron las elecciones provinciales.

Crónicas de la época, recuerdan que "la profecía de Luis Barrionuevo (‘si no hay boletas del PJ, no hay elecciones’) se hizo realidad, y escribió una de las páginas más negras de la historia electoral de Catamarca: el gastronómico y sus seguidores impidieron que se realizaran los comicios, ante lo que calificó como una ‘proscripción’ de su candidatura”.

Y añaden que "las imágenes se parecieron más a una situación anárquica que a una provincia que iba a elegir a su nuevo gobernador: militantes del ‘barrionuevismo’ realizaron piquetes en las inmediaciones de las principales escuelas en donde se debía sufragar”, citando incluso expresiones  el entonces gobernador, Oscar Castillo, que en la conferencia de prensa en la que anunció la suspensión de aquellos comicios, comentó: "Se trata de un personaje (por Barrionuevo) que no puedo controlar. Esas fueron las textuales palabras del Presidente (Eduardo Duhalde)".

El mismo Castillo acusó "al polémico dirigente gastronómico de haber traído patotas de Buenos Aires para alterar la paz social, al provocar serios disturbios en escuelas, por lo cual algunos de ellos fueron detenidos”, según medios consultados, concluyendo que "Barrionuevo apeló a la violencia, robaron las urnas y Catamarca se quedó sin votar”.

Estigmatizado como "violento, patotero y antidemocrático”, los radicales –Castillo y Brizuela del Moral, particularmente- se encargaron de profundizar el deterioro en la imagen de Barrionuevo, a consecuencia de lo cual las elecciones finalmente se realizaron el 24 de agosto de 2003, con el previsible triunfo de Eduardo Brizuela del Moral sobre Liliana Barrionuevo, la hermana de Luis, por casi el 50 por ciento de los votos.

A once años de aquellos hechos, Luis Barrionuevo, con su Frente Tercera Posición (F3P) es un fervoroso aliado del Frente Cívico y Social (FCyS) -de los mismos Castillo y Brizuela del Moral- en la Cámara de Diputados de la provincia, en donde comparte hasta la defensa de los personeros del "proceso militar” en Catamarca, como lo hiciera "su” diputada María Estela Buenader de Walther, que consideró "estéril” un debate sobre los desaparecidos (al tratar el proyecto sobre el documental ‘El Jardín de Juan Chelemín’) porque "nosotros estamos para ocuparnos de los derechos humanos de los vivos”, como difundió la oficina de prensa de ese cuerpo legislativo.

Desde el "barrionuevismo” no solo que no hubo el más mínimo reproche, ni siquiera se ensayó una aclaración moderadora, sino que se hizo concurrir al diputado Eduardo Pastoriza (h) –hasta ese momento ausente en la sesión- para que vote el regreso del proyecto (sobre el film que evoca los martirios de Chelemín y Yolanda Borda) a comisión, donde seguramente dormirá el "sueño de los justos”. Claro, tampoco podía traicionar el legado de su origen, si se tiene en cuenta que Pastoriza es nieto de Rosendo Cano, quien fuera ministro de Salud y conspicuo colaborador de Arnoldo Castillo en el aludido período "procesista”.

¿Qué marcan estas circunstancias del presente? Que Barrionuevo, por acción u omisión, cayó en  la aparente reacción psicológica conocida como el "Síndrome de Estocolmo”, por la cual "alguien, víctima de un secuestro, violación o retenido contra su voluntad, termina desarrollando una relación enfermiza de complicidad y de un fuerte vínculo afectivo con quien ha sido el autor y/o responsable de sus padecimientos”.

"Las víctimas que experimentan el Síndrome de Estocolmo, típicamente, muestran dos tipos de reacción ante la afección –explican científicos y psicoanalistas-: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores, mientras por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades” que podrían protegerlas. Cualquier similitud con los datos surgidos de la zigzagueante trayectoria política de Luis Barrionuevo no parecen ser una mera casualidad.