El Cura que hizo llorar a la gobernadora Corpacci

El cura Gerardo Ureta, habló en el acto de inauguración de la línea de 33 megavatios que la EC SAPEM puso en marcha ayer en Santa María. Dijo que esperó esta obra durante 30 años y recordó las penurias por la falta de energía. Sus palabras emocionaron hasta las lágrimas a la gobernadora Corpacci.
martes, 2 de septiembre de 2014 00:00
martes, 2 de septiembre de 2014 00:00
"Esto sí que es una bendición”, dijo el padre Gerardo Ureta, el sacerdote que estuvo por más de 30 años al frente de la bodega que tienen los Agustinos en Santa María y que padeció por años el mal servicio energético en este departamento y sobre todo en el funcionamiento de la bodega.

El ex empresario que supo llevar adelante a la bodega de los Agustinos colocando los vinos en los grandes mercados habló con toda franqueza a los presentes, momentos antes de la bendición de esta obra que beneficiará a miles y miles de santamarianos. "Yo sufrí las consecuencias, el dolor y tener que agachar la cabeza y mermar el bolsillo que no era tarea principal porque me faltaba este elemento que hoy estamos inaugurando”, sostuvo.

Recordó que compró equipamiento para la Bodega de la Prelatura que "la parí y la cuide cerca de 30 años y en esos 30 años estaba esperando poder regar sin turno y muchas veces ponía, en riesgo la maquina con la bomba por falta de tensión, compre un equipamiento de frío en Italia para refrigerar los vinos blancos que sin ello el vino se achata, pero solo lo puede hacer trabajar muy pocas veces porque esas herramientas las hacen para alimento conveniente, pero como el alimento era raquítico no andaba”, indicó el Padre Gerardo Ureta ante los presentes.

Finalmente el padre Gerardo puntualizó que "con esta obra las posibilidades de crecimiento que estaban achatadas por la falta de energía, hoy Santa María va a crecer pero si renovamos algo que no nos puede dar el gobierno, ni siquiera Dios y son las ganas de trabajar, hoy tenemos que ponernos a trabajar, porque durante 15 años, todos hemos penado como las almas del purgatorio por la falta de una buena energía”, culminó el sacerdote cuyas palabras emocionaron hasta las lágrimas a la gobernadora Lucía Corpacci.