Esto nos hace presumir que esas cárceles virtuales, deben
ser consideradas como literales mazmorras en donde los reos son torturados, el
mejor estilo medioevo.
Aseguran los que se quejan que lo peor, es "la mala onda
reinante” generada por el propio intendente y algunos altos funcionarios que,
trepados en el caballo de la soberbia, se adjudican el derecho a ningunear,
humillar y maltratar.
Todos con el mismo mal humor, todos los días, siempre,
situaciones que tienen que bancarse y especular cada mañana acerca del estado
de ánimo, especialmente de Páez que ya ha demostrado su permanente inestabilidad emocional.
Efectivamente, en ese cuadro de situación, es más fácil y
correcto hablar de mazmorras que de cárceles, es decir de nada que se parezca a
un ideal y agradable ambiente de trabajo.