La presentación de listas de precandidatos para las PASO le
dieron muchísimo trabajo a las autoridades judiciales provinciales que ahora
deben también intervenir en las internas partidarias.
Hubo una increíble participación de ciudadanos, quizá porque
las PASO obliga a los partidos a realizar elecciones internas que antes no
hacían, por caso el radicalismo que antes imponía su célebre mesa de consenso
para suplantar la democracia interna.
Tanta participación derivó en muchísimos candidatos y
trabajo para el Juzgado Electoral en manos de Guillermo Cerda, impuesto en el
cargo por Arnoldo Castillo, quien antes había destituido por decreto al juez
electoral antecesor. Lástima que en esa época, al radicalismo y a la prensa
independiente, no le interesaba demasiado la división de poderes.
Como sea, desde entonces, todo lo que resuelve el simpático
y sospechado "Indio” Cerda, es puesto en duda, peor aún si lo que resuelve
favorece a radicales y perjudica a otros. Ni hablar cuando por una misma cuestión habilita a Simón Hernández Jrs.
e inhabilitó a Nicolás Verón.
Según dijo Cerda, cuando habilitó al sobrino de Eduardo
Brizuela del Moral, Simón Hernández, hijo del recio ex militante homónimo de
Movilización, la constancia del Registro Electoral, Hernández tiene domicilio
en la avenida Ocampo.
Lo mismo que antes pasó con Víctor Hugo Uriarte, y ahora
últimamente con Nicolás Verón, los dos con domicilio en Capital, pero a estos
dos los inhabilitó para ser candidatos.
Por alguna cuestión extraña no tuvieron la suerte de Simoncito.
Lástima para Uriarte y Verón, aunque también para el prestigio de Cerda.