En comentario de Ámbito Financiero

Definen “filo PRO” a Lucía y ven a Jalil “a un tranco de Macri”

Desde Buenos Aires y Catamarca se anticipan conflictos. Clima espeso en Córdoba y en La Pampa. El Gobierno quiere "doble juego" de sus socios y amenaza con negociar con peronistas, según una publicación aparecida hoy en Ámbito Financiero.
lunes, 25 de julio de 2016 08:41
lunes, 25 de julio de 2016 08:41

Con el título de que el "Macrismo aísla a UCR rebelde y pacta con radicales filo-PRO”, el periodista Pablo Ibáñez, sustenta su nota en las críticas "macristas” a Ricardo Alfonsín y alude a eventuales "acuerdos con amigables”, entre los que alude a la gobernadora Lucía Corpacci y al intendente Raúl Jalil.

La nota de Ámbito

Sopapos a los rebeldes, abrazos a los amigables. El PRO, como si dejara actuar a los genes peronistas que habitan su ADN, aplica el milenario formato del premio-castigo para reaccionar a los chispazos generados en Cambiemos por rabietas de la UCR. De a poco, a casi 8 meses de asumir, Mauricio Macri empezó a escuchar reproches radicales que manda a refutar y, a la vez, usa para contraatacar.

El último viernes, el Presidente desembarcó en Catamarca y se topó con un alerta, sobrio pero quejoso, de la UCR catamarqueña -el sector del senador Oscar Castillo- por la empatía entre el PRO y peronistas de esa provincia norteña. Ven que Raúl Jalil, intendente peronista de Catamarca, está a un tranco mínimo de migrar al macrismo, y a Lucía Corpacci la notan extremadamente filo-PRO. "Sería erróneo cerrar alianzas con dirigentes que hasta hace 7 meses eran abanderados del Gobierno que devastó la Argentina", apunta el manifiesto radical.

Es el eco de otros estallidos. El martes pasado, el Comité bonaerense que preside Ricardo Alfonsín imprimió su malestar por decisiones "inconsultas" de María Eugenia Vidal y flotan tensiones en Córdoba y en La Pampa, donde la UCR y el PRO se amenazan con no armar Cambiemos el año próximo. Se repiten, además, demandas de diputados y senadores nacionales porque ministros y funcionarios PRO -incluso el propio Macri- bajan a las provincias con actos o anuncios sin invitar a la UCR. "No nos hacen sentir como aliados", se quejó un legislador del centro y abre la puerta a una especulación mayor: cómo será, hacia 2017, la relación que la Casa Rosada establecerá con el radicalismo.

"El que creyó que la alianza sería un lecho de rosas se equivocó, dice Mario Barletta, diputado nacional por Santa Fe y pone sobre la mesa una cuestión puntual: que el acuerdo Cambiemos se armó a las apuradas con el objetivo de potenciar las chances electorales para derrotar al peronismo. "Hay cuestiones para corregir, pero se van ordenando", se muestra optimista Barletta, que presidió el comité Nacional de la UCR hasta 2013 y ocupó ese cargo, en Santa Fe, hasta hace algunas semanas.

Dualidades

El radicalismo santafesino, que tiene a José Corral como jefe del partido a nivel nacional, es un caso emblemático: tiene un acuerdo local con el Partido Socialista, pero promueve un pacto nacional con el PRO. De hecho, el 9 de agosto, Rogelio Frigerio, Marcos Peña y Emilio Monzó recibirán a un póker de radicales santafesinos para anunciar, desde Casa Rosada, la creación de la Mesa de Cambiemos de Santa Fe.

Es probable que esté presente Macri, con lo que la foto será más potente hacia adentro del radicalismo. Dependerá de otros asuntos: la Casa Rosada quiere que las UCR locales jueguen fuerte y en el caso de Santa Fe, el vice de Interior, Sebastián García De Luca, acusó al gobernador Miguel Lifschitz de tener "doble discurso" por decir "una cosa en persona y otra en los medios". Desde el PRO esperaban que Corral marque posición al respecto, pero fue, dijeron anoche desde el macrismo, "muy tibio".

"No queremos acuerdos nacionales con libertad de acción a nivel local", avisan desde el PRO y deslizan que si no se cumplen esas condiciones, podrían buscar acuerdos con el PJ. "Si el acuerdo con la UCR no es total, se abre la puerta para negociar con Omar Perotti", apuntan desde el PRO.

En provincia de Buenos Aires, donde Alfonsín encabezó un mini-putch, enojado por el ingreso de Joaquín De la Torre al gabinete de Vidal y, con delay, por la permanencia y entronización de exsciolistas en el círculo más estrecho de la gobernadora: en particular, Gustavo Ferrari, que ascendió a ministro de Justicia y Fabián Perechodnick, silencioso secretario General de la gobernación a quien desde la UCR petardean por su amistad con los K y, con un dejo de conflicto de familia, por su pasado radical.

Pero a Alfonsín no le resultó inocua la avanzada. Lucas Delfino, subsecretario de Asuntos Municipales de la Nación, lo cruzó mal. "No es un problema partidario PRO vs. UCR .Están quienes forman parte de Cambiemos y quienes no son parte de nuestro frente", dijo el funcionario y pegó más duro. "Ricardo Alfonsín no representa al radicalismo, nunca fue parte de Cambiemos".

Desde la UCR, Daniel Salvador salió a refutarlo. El vice de Vidal aceptó las opiniones del diputado, pero se mostró en contra de sus quejas. Salvador y el alfonsinismo se disputan la jefatura del comité provincia de la UCR que deberá elegirse antes de fin de año. El tercer actor de Maximiliano Abad, que expresa al sector de Ernesto Sanz en la provincia -el más filo-PRO- que hizo, vía Twitter, un manifiesto de defensa de Cambiemos y de Vidal, a modo de retruque a Alfonsín. "Ningún tema menor debe distraer a Vidal mientras lidia contra la pobreza, el narcotráfico y las mafias" dijo Abad para bajarle la espuma a la queja del alfonsinismo.

 

Publicado hoy, en Ámbito Financiero