La revancha del loco

En política a veces se debe olvidar y perdonar; otras, olvidar sin perdonar; Barrionuevo no perdonó ni olvidó.
lunes, 26 de junio de 2017 10:47
lunes, 26 de junio de 2017 10:47

Hace apenas dos semanas, Luis Barrionuevo sorprendió fotografiándose con Jorge Moreno, Fernando Jalil y Dalmacio Mera, en lo que se decía era comienzo de un nuevo ciclo político en el peronismo con vistas al 2019.

A la par que presentaban un acuerdo con vistas a las PASO de agosto próximo, indicaban hacía falta una reconstrucción del peronismo, tras los dos mandatos gubernamentales de Lucía Corpacci.

Ellos, los mismos de siempre, ya se presentaban por enésima vez como las personas indicadas para esa reconstrucción de cara al 2019.

Se conocen perfectamente los ardid de Moreno, Jalil y Mera. Lo hicieron por años con Ramón Saadi y luego también con Barrionuevo; son socios estratégicos en cualquier aventura, de la que participan en todo, pero llegado el momento traicionan al socio de ocasión y preparan la entrada al peronismo de un nuevo socio al que también traicionan.

Luis Barrionuevo conoce esas prácticas porque en su momento también él fue victima. Los Moreno, los Mera y los Jalil lo ayudaron a Barrionuevo en su empresa contra Ramón Saadi, pero luego lo traicionaron abriéndole la ventanilla de atrás del PJ para que ingrese Armando "Bombón” Mercado.

Por aquellas jugadas, la Renovación y Mera recibieron su cuota parte de poder, pero ahora otra vez denunciaban la "poca” participación que tuvieron en el Gobierno kirchnerista.

Como lo decíamos anteriormente, Luis Barrionuevo conoce perfectamente esas prácticas, porque en su momento también él fue victima.

Por eso sorprendió aquella fotografía con quienes le birlaron el sello del PJ y se lo entregaron al kirchnerismo.

Pero ahora, conocido el desenlace de las candidaturas para las PASO, se comprueba que Barrionuevo engañó a quienes anteriormente lo traicionaron, Moreno, Mera y Jalil.

Los alentó a una nueva trapisonda, esta vez contra Lucía Corpacci y luego les soltó la mano. No solo eso, sino que él, vía Gustavo Saadi y Oscar Castillo arregló lugares en las listas del oficialismo y la oposición  para sus seguidores.

Se recomienda que en política hay veces que es mejor olvidar y perdonar; otras, olvidar sin perdonar; pero Barrionuevo demostró que no perdonó ni olvidó lo que oportunamente le hicieron.

Quizás Barrionuevo ya no tenga más oportunidades en el peronismo, pero su paso deja una enseñanza que sirve: la política da sus revanchas.

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