Hace apenas dos semanas, Luis Barrionuevo sorprendió
fotografiándose con Jorge Moreno, Fernando Jalil y Dalmacio Mera, en lo que se
decía era comienzo de un nuevo ciclo político en el peronismo con vistas al
2019.
A la par que presentaban un acuerdo con vistas a las PASO de
agosto próximo, indicaban hacía falta una reconstrucción del peronismo, tras
los dos mandatos gubernamentales de Lucía Corpacci.
Ellos, los mismos de siempre, ya se presentaban por enésima
vez como las personas indicadas para esa reconstrucción de cara al 2019.
Se conocen perfectamente los ardid de Moreno, Jalil y Mera.
Lo hicieron por años con Ramón Saadi y luego también con Barrionuevo; son
socios estratégicos en cualquier aventura, de la que participan en todo, pero
llegado el momento traicionan al socio de ocasión y preparan la entrada al
peronismo de un nuevo socio al que también traicionan.
Luis Barrionuevo conoce esas prácticas porque en su momento
también él fue victima. Los Moreno, los Mera y los Jalil lo ayudaron a
Barrionuevo en su empresa contra Ramón Saadi, pero luego lo traicionaron
abriéndole la ventanilla de atrás del PJ para que ingrese Armando "Bombón”
Mercado.
Por aquellas jugadas, la Renovación y Mera recibieron su
cuota parte de poder, pero ahora otra vez denunciaban la "poca” participación
que tuvieron en el Gobierno kirchnerista.
Como lo decíamos anteriormente, Luis Barrionuevo conoce
perfectamente esas prácticas, porque en su momento también él fue victima.
Por eso sorprendió aquella fotografía con quienes le
birlaron el sello del PJ y se lo entregaron al kirchnerismo.
Pero ahora, conocido el desenlace de las candidaturas para
las PASO, se comprueba que Barrionuevo engañó a quienes anteriormente lo
traicionaron, Moreno, Mera y Jalil.
Los alentó a una nueva trapisonda, esta vez contra Lucía
Corpacci y luego les soltó la mano. No solo eso, sino que él, vía Gustavo Saadi
y Oscar Castillo arregló lugares en las listas del oficialismo y la
oposición para sus seguidores.
Se recomienda que en política hay veces que es mejor olvidar
y perdonar; otras, olvidar sin perdonar; pero Barrionuevo demostró que no
perdonó ni olvidó lo que oportunamente le hicieron.
Quizás Barrionuevo ya no tenga más oportunidades en el
peronismo, pero su paso deja una enseñanza que sirve: la política da sus
revanchas.