Su particular forma de militar junto al pueblo, no en grandes actos, sino en el mano a mano con cada militante, le granjeó en poco tiempo, el liderazgo indiscutible en el radicalismo, al que comenzó a reorganizar a partir de 1903 y al que mantuvo en la intransigencia de no presentarse a elecciones, hasta que no se sancionara una ley electoral que garantizara comicios limpios.
Su espíritu y sus ideas don Hipólito se han mantenido mucho más allá de su muerte.
Sus banderas éticas, populares y transformadoras siguen latiendo en cada uno de quienes trabajamos humildemente y no vendemos convicciones ni ideario tratando de ayudar a construir el país que Leandro N. Alem y Ud. soñaron y que nos merecemos todos los argentinos más allá de banderías políticas.
Un ejemplo de conducta que dió luz a las tinieblas de la polìtica argentinas.
En su paso por esta tierra, fue Ud. Don Hipólito, el primer gran Presidente patriota elegido por el pueblo, quien convirtió a la Argentina en un país en democracia y al que lo transformó en una verdadera Nación, ante los ojos del mundo.
Homenaje de la OTR (Organización de Trabajadores Radicales - Catamarca) a Don Hipólito Irigoyen.