La preocupación por una posible catástrofe a su caída ha sido un tema de debate entre científicos, entusiastas del espacio y curiosos, pero la agencia espacial estadounidense ha calmado las aguas al confirmar que la EEI se desintegrará en un lugar muy lejano de cualquier población humana.
El elegido: Punto Nemo, un "desierto de agua" situado en el océano Pacífico, a más de 4.800 kilómetros de la costa de Nueva Zelanda y 3.800 kilómetros al norte de la Antártida. Este es el lugar más remoto del planeta, ideal para llevar a cabo una operación de este tipo. En este rincón del mundo, donde no hay presencia humana, la EEI caerá para evitar cualquier riesgo a la población.
Desde su lanzamiento en 1998, la EEI ha sido un símbolo de cooperación internacional, involucrando a agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá. Durante estos años, ha sido el centro de importantes descubrimientos científicos. Sin embargo, con el retiro de Rusia del proyecto y el deterioro de la infraestructura, la decisión de desorbitarlas es irreversible.
La NASA ha confiado en SpaceX para llevar a cabo esta misión, con un contrato que asciende a unos 843 millones de dólares, que incluye el desarrollo de un vehículo especial para guiar la estación hacia su destino final.
Una vez que la EEI entre en contacto con la atmósfera, se desintegrará en un impresionante espectáculo de luces en el cielo del Punto Nemo, poniendo fin a una era de investigaciones científicas que, entre otros logros, permitió la producción de fibra óptica en el espacio y la bioimpresión en 3D de un menisco humano.
El último viaje de la EEI será una mezcla de asombro y emoción para aquellos que han seguido su historia. Afortunadamente, el "Punto Nemo" garantiza que, aunque este fenómeno sea espectacular, no habrá riesgo para los seres humanos. ¡Una despedida por todo lo alto para el laboratorio más famoso del universo!