Gobernadores quieren usar los fondos sojeros para gastos corrientes

La posibilidad de usar los recursos del Fondo Federal Solidario (FFS) para financiar gastos corrientes es una de las alternativas que gobernadores e intendentes han comenzado a barajar para hacer frente a las estrecheces económicas del segundo semestre de 2014.
jueves, 18 de septiembre de 2014 10:48
jueves, 18 de septiembre de 2014 10:48

En los últimos días, al planteo se lo hicieron varios intendentes bonaerenses al gobernador Daniel Scioli, y también fue sostenido públicamente por el gobernador mendocino Francisco Pérez.

"Con los fondos de la soja puedo empezar a hacer una escuela hoy para inaugurarla en 2016. Cabría preguntarse: ¿Cuál es el beneficio de esto si tenemos problemas en las economías regionales?”, se preguntó el mandatario justicialista.

El FFS es más conocido como fondo de la soja porque se forma con el 30% de las sumas percibidas por la Nación en concepto de derechos de exportación de la oleaginosa. En abril de 2009 y se estableció que solo puede usarse para financiar obras de infraestructura sanitaria, educativa, hospitalaria, de vivienda o vial.

El reparto de estos recursos es automático y cada provincia debe transferir a su vez a los municipios un porcentaje no menor al 30% del total de fondos recibidos.

Desde 2009 a la fecha este fondo se transformó en un componente importante del financiamiento de la obra pública, por lo que un cambio en su destino tendrá un importante efecto sobre esta variable, que se ve rápidamente se ve afectada cuando hay desajustes fiscales a corto plazo.

El freno en la actividad económica, que repercute en la recaudación tributaria, y la creciente demanda salarial de los trabajadores estatales han llevado a gobernantes y también a dirigentes sindicales a sondear la posibilidad de redireccionar estos recursos para el gasto corriente, ya que esta desaceleración amenaza las pautas de gasto presupuestadas a principio del año.

Para apreciar la evolución del fondo sojero sirve tener en cuenta que 2014 es un año récord en producción nacional de soja, pero a la vez existe reticencia por parte de los productores a comercializar los granos argumentando la falta de certezas en materia económica.

De acuerdo a lo publicado recientemente por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, durante 2014 los envíos del FFS presentaron un comportamiento volátil, con bajos niveles a principio de año, y con valores elevados de mayo a julio.

Para agosto los montos acumulados en el año, mostraban una suba del 51% respecto del mismo período del mes anterior, llegando a 10.809 millones de pesos; aunque a la vez se percibió cierto freno en el octavo mes. A julio de 2014 ya se habían acumulado envíos por 9.714 millones pesos, cifra que superaban el total de 2013, que fue de 9.644 millones.

Buenos Aires es la provincia que más ingresos por este concepto recibió, alcanzando los 2.293 millones de pesos; seguida por Santa Fe, con 933 millones; y Córdoba, con 927 millones. Estas sumas se corresponden con los porcentajes legales del reparto de coparticipación, una escala según la cual al gobierno bonaerense le corresponde el 19,93% del total de la masa coparticipable; al santafesino, el 9,28%; y al cordobés, el 9,22%.

Luego se ubicaron en este reparto Chaco (5,18%), Entre Ríos (5,07%), Tucumán (4,99%), Mendoza (4,33%) y Santiago del Estero (4,29%). Para el caso de Entre Ríos, significó 510 millones de pesos. Para tener idea de las diferencias, Chaco recibió 521 y Tucumán 497.

Por esto mismo, las provincias sureñas de Tierra del Fuego y Santa Cruz son las jurisdicciones que reciben un menor valor de este fondo. Sin embargo, estas conclusiones se invierten al considerar el dinero que cada jurisdicción recibe por habitante. Aquí Tierra del Fuego pasa a encabezar la nómina con 864 pesos por persona; Santa Cruz queda segunda, con 659 pesos; y Catamarca tercera, con 658.

Estos datos reavivan la vieja discusión sobre la equidad del sistema, ya que las provincias donde se recibe más dinero per cápita no son productoras de soja; pero tienen por ejemplo, regalías petroleras que no comparten con las provincias sojeras.