Al margen de los dolorosos reclamos por las víctimas del trágico aluvión del 23 de enero de 2014, la solución a la situación y funcionamiento hídrico de El Rodeo, particularmente en el cauce del río Ambato, que atraviesa la población de punta a punta, es una cuestión prioritaria a atender para evitar catástrofes similares.
Los principales damnificados y familiares de la víctimas le apunta al puente "del Mástil”, planificado y construido en la gestión del gobernador Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico y Social (FcyS), y que en aquella noche fatídica obró como "dique de contención”, para que el torrente descontrolado saliera de cauce, invadiendo las porpiedades de las familias, Castiglione, Prevedello y Villafañez, entre otras.
Fernando Villafañez, miembro del tradicional hotel y restaurante de la villa, sigue diciendo a los cuatro vientos que aquel día "por el patio de mi casa, que está al lado del río, no pasó ni agua ni una piedra”, recalcando que "todo entró por la calle, porque el puente hizo desviar al río”.
"Nosotros no entendíamos por qué el agua pasaba por la calle, en el frente del negocio, y no por el fondo que está a la vera del río, por donde no venía nada”, añade, enfatizando que "ahora, por lo vivido y padecido, estamos convencidos que el puente del Mástil fue el que causó todo”, apuntando al respecto que "un pilar del puente está sobre el cauce" (como hoy aún se puede ver las fotos, tomadas ayer).
Agustín Sal, padre de María Carolina Sal, la jovencita santiagueña que desde aquella fatídica noche permanece desaparecida, al hablar ayer en el homenaje a las víctimas del alud, afirmó que "se construyeron puentes innecesarios, sin estudios de impacto ambiental”. Y, por otra parte, en reuniones reservadas con funcionarios provinciales, anticipó que la semana próxima llegarán profesionales en estudios hídricos, para estudiar el comportamiento del río y del referido puente, para realizar pericias de parte a incluir en la demanda que la familia Sal ha instado por este trágico suceso ante la Justicia provincial.
En igual sentido se pronuncia la mayoría de los rodeinos, que "no quieren más el puente” que une la zona del Mástil con la Escuela "Mariscal Sucre” y el centro interno de El Rodeo, y reclaman que se reinstale el bandén. "Antes, aún en las peores crecientes, el agua pasaba y no provocaba los daños que se causaron esta vez”, aseguran.
Esta postura no sería compartida por el intendente, Félix Casas Doering, quien con la ampliación de la actual estructura, dotándola de otro cuerpo similar al de hoy, persiste en la idea de la permanencia del puente.
Relevamientos técnicos estimaron que ese puente está habilitado para el paso de unos 200 metros cúbicos por segundo, evaluando que el día de la catástrofe el cauce traía entre 400 y 450 metros cúbicos por segundo, además del arrastre de piedras, árboles y otros materiales de arrastre, que provocaron el "endicado” y el desvío de las aguas enfurecidas hacia el sector habitado.
En fin, circunstancias que se mezclan. El duelo perenne por las víctimas, seguramente imposible de borrar, y la concreción de obras básicas para que la tragedia no se repita mantienen la atención de la comunidad a un año de una de las peores catástrofes que haya padecido esta provincia.