El joven psicólogo se especializa en el tema adicciones, y
actualmente cumple funciones en el Centro Integral de Salud, dependiente de
En sus primeras intervenciones con jóvenes adictos en
Catamarca, y con toda su experiencia aplicada anteriormente en la provincia de
Córdoba en la misma temática, el profesional sostiene que se trata de "un
problema que no solo incluye a la salud, sino también variables de índole
social y cultural”.
"Lo que pude observar en Córdoba, trabajando en una
población socioeconómica media alta, y en Catamarca que es una población media
baja, el patrón es muy parecido. Personas con pocos límites, con muchas ansias
de experimentar, sin estructuras, sin responder a ciertas obligaciones básicas
como la escuela, estudios, trabajo, se trata de familias que no saben cómo
poner límites a esta desregulación conductual que se presenta”, explicó en una entrevista con Catamarca Actual, en base
a las experiencias palpables en su contacto con los pacientes que sufren
adicciones.
Otro de los puntos que marcó el profesional en relación a
las personas que sufren adicciones es que para ellos "pasa a ser una solución
inefectiva y no un problema”. Al respecto, aclaró que cuando menciona solución
se refiere a "aquello que la persona no puede resolver de otras maneras y
encuentra en la sustancia el albergue ideal”.
"Es muy difícil muchas veces decirle a la persona que deje
el consumo de la sustancia porque es pedirle que deje quizás la única
herramienta inefectiva para hacer frente a diferentes avatares de la vida. Es
un arma de doble filo”, señaló.
Con respecto al rol que cumple la familia en las personas
adictas, García Terán sostuvo que "la familia hace lo que puede”, agregando que
"a nadie se les enseña a ser padres y mucho menos padres de una persona con
adicción”.
"Las familias se suelen enfrascar en soluciones que terminan
siendo efectivas a corto plazo para que ellos puedan lidiar con el malestar,
con la culpa, pero inefectivas a largo plazo. Las familias tienden a presentar
lo que se llama co-dependencia, que es la dependencia a la persona enferma, y
de cierta manera, reforzar o avalar la enfermedad, sin saberlo”, reveló.
En este sentido, el psicólogo expuso que esta situación de
que la familia le permite seguir consumiendo sustancias a la persona adicta, se
da en un contexto de "desesperación” y "en la angustia total” hasta que se
llega finalmente al tratamiento.
Por otra parte, el profesional contó en qué se basa un
tratamiento para los jóvenes adictos. "Lo que se trata de hacer es que la
familia pueda poner pautas claras a las formas de convivencia, donde lógicamente
necesitan amor, pero el amor responsable”, apuntó.
Asimismo, agregó que existen mitos en relación al
tratamiento en adicciones. Uno de ellos es "hacer entender lo malo que es
consumir y las consecuencias negativas de las sustancias”; otro de los mitos es
que "la adicción tiene que ver con ciertos problemas que subyacen desde la
infancia”.
No obstante, el psicólogo planteó que lo que se intenta
realizar en el tratamiento de las personas adictas "es que la persona, en
principio, pueda identificar por qué es un problema para él, y en segunda
medida, empezarle a brindar herramientas y habilidades para que pueda hacer
frente a las situaciones cotidianas sin la necesidad de regularse por medio de
una sustancia”.
Las adicciones a sustancias prohibidas son un tema complejo,
un flagelo latente, y que necesita de una intervención interdisciplinaria y del
aporte de todos los involucrados.
"Siempre me gustaron los casos difíciles, complicados.
Considero que poder ayudar en este tipo de situaciones es mucho más valioso. Me
gusta el desafío”, sentenció García Terán sobre su decisión de elegir este destino
en su carrera profesional.