A nuestra mesa de trabajo llegaron las quejas de los vecinos
de la zona que no soportan los disturbios que se generan cada fin de semana en
las inmediaciones del boliche "Bigote”, una costumbre que va desde los jueves
hasta los lunes.
Los propios vecinos nos llegaron a comentar que hasta pueden
escuchar disparos al aire, como para dimensionar el tamaño de los disturbios
que se producen cada vez que el boliche abre sus puertas.
Y para colmo de males, los vecinos todavía deben soportar
estas situaciones debido al escaso avance de la obra del boliche en lo que se
denominó "Alto Fariñango”. Según pudieron visualizar, aseguran que solo dos
albañiles trabajan en una obra de semejante magnitud, lo que hace presumir que
el traslado será más lento aún.
A los disturbios propios de los que concurren al boliche, se
suma más de lo mismo, motos con ruidos molestos, consumo de alcohol sin control
alguno, y hasta llegaron a decir que es una zona liberada.
Los vecinos se calificaron como "agotados”, algo
verdaderamente cierto si se tienen en cuenta que en reiteradas oportunidades se
cronicaron los disturbios que allí se producen.
Cabe remarcar que los propietarios de "Bigote” ya habían
recibido a principio de año, de
El proyecto Alto Fariñango surgió como modo de centralizar
estos emprendimientos para poder brindar mayor seguridad a los clientes y armar
un Polo Turístico y Gastronómico que sea atractivo.
El compromiso era que los empresarios debían culminar cuanto
antes la obra que parece no avanzar. Los plazos están vencidos y los vecinos más
que molestos.