El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)
identificó los restos del catamarqueño Juan Francisco Carreras, en la fosa
común conocida como Pozo de Vargas, apenas a unas 60 cuadras de la plaza principal de la capital tucumana.
De esta manera, ya son 78 los cuerpos reconocidos y que
habían sido enterrados en esa fosa común. Fue su hermana Felicidad Carreras
quien dio a conocer la noticia.
"La Obra” – Asociación de defensa de los Derechos Humanos,
señala que "la identificación de parte de los restos de nuestros familiares,
son la prueba irrefutable de los crímenes producidos por la dictadura cívico
militar que padeció la sociedad argentina (1976-1983)”.
"Lo que se encuentra en el Pozo de Vargas son cuerpos de los
delitos cometidos por los genocidas de la dictadura cívico militar. Así se ha
demostrado en los juicios de lesa humanidad y así pasarán a la historia, aunque
actualmente haya instancias judiciales que manden a los condenados a sus
casas", agregaron citando palabras de Martha Rondoletto familiar de DD
y militante de DDHH, cuyos familiares también fueron identificados días atrás.
"En tiempos como los actuales, cuando se pretende menoscabar
la lucha de los organismos de derechos humanos reinstaurando la "teoría de los
dos demonios” y desdibujando la categoría de genocidio para presentar los
hechos como un enfrentamiento entre dos facciones equivalentes, podemos
evidenciar que la verdad es que los grupos económicos de derecha, afianzados en
la Fuerzas Armadas operaron con la figura del enemigo ideológico. Se trabajó en
esa construcción y se plasmó la idea del enemigo interno que se organizó a la
luz de lo que se llamó la Doctrina de Seguridad Nacional”, expresaron desde "La
Obra”.
"Con estas identificaciones que se están produciendo, se
demuestra que las banderas de los familiares y militantes de derechos humanos,
de verdad y justicia tenían y tienen una vigencia inapelable”, finalizaron.
El joven belicho fue visto con vida por última vez en el
centro de exterminio Arsenal Miguel de Azcuénaga, en abril de 1977. Tenía 26
años permaneció desaparecido y formaba parte de un grupo de delegados
estudiantiles de Bioquímica que también fueron víctimas del terrorismo de Estado,
como Yolanda Borda y Oscar Germán, también de Belén, cuyos casos fueron
investigados en la misma megacausa judicial.