Recordemos que la gobernadora Lucía Corpacci firmó
oportunamente un convenio con el Obispado con respecto a las responsabilidades
y aportes de cada una de las partes, sin que nada se haya hecho al respecto,
por otro lado, desde el municipio se proclamó que se aportaría la financiación,
y finalmente la obra se adjudicó a una empresa foránea la que sería respaldada
por fondos nacionales.
Esa empresa terminó retirándose del lugar, justamente por
falta de fondos, con los que la Nación está en mora mientras que los
colaboradores de la Parroquia continúan haciendo empanadas y vendiendo rifitas
para juntar fondos.
En ese estado, la iglesia sigue estando peor cada día pero,
con los consecuentes riesgos para la comunidad que a diario transita por sus
veredas, y el titular de la Parroquia, Pbro. Moisés Pachado, en reiteradas
oportunidades se ha manifestado en ese sentido aduciendo sentirse demasiado
solo en esta cruzada y seguramente estará esperando el milagro del cielo que
con un pase mágico, hará desaparecer las grietas y profundos hundimientos.
Muchos consideran que este asunto ha dejado de ser de
competencia eclesiástica ya que el ese templo es considerado patrimonio
histórico cultural, religioso y social de esta comunidad ya que los párrocos,
son aves de paso a los que no les interesan las cuestiones que son de exclusiva
propiedad de este pueblo, y especial indignación ha producido la desaparición
de una de las esferas del reloj público que fuera adquirido con el aporte de
mucha gente, situación de la que nadie se hace cargo, sentando peligrosas
jurisprudencia con respecto a que en Andalgalá todo es posible, aún lo
delictivo e ilícito.
Durante el fin de semana que pasó, el Obispo Diocesano de
Catamarca, Mons. Luis Urbanc ha permanecido en esta parroquia y seguramente
estará ya enterado de los pormenores de este Asunto y se verá obligado a tomar
el toro por las astas y gestionar en Buenos Aires o en donde sea, el urgente
envío de los fondos correspondientes a los convenios firmados.
A la comunidad le parece casi inhumano que dejen solo al
Párroco Pachado que ya no sabe qué hacer ni a quién recurrir para completar
ésta, que sería "su” obra.
Por de pronto se supo que el prelado no recibió a la prensa
ni quiso hacer declaraciones públicas. De hecho apenas se asomó por entre los
pasadizos de la casa parroquial, aunque se supo que varias personas interesadas
le pidieron intercesión por el templo parroquial del los andalgalenses.