El titular de la Dirección Nacional Electoral analizó hoy el
funcionamiento del sistema electoral argentino, y las críticas surgidas luego
de los comicios tucumanos, y detalló los procedimientos de control electoral,
en el que resaltó el papel de los ciudadanos.
En una entrevista publicada hoy en el diario Página/12, el
funcionario se refirió al procedimiento por el cual se designan autoridades de
mesa, al que consideró como un deber que le puede corresponder a cualquier
ciudadano” lo cual expone que las designaciones no están regidas por "un
mecanismo perverso”.
Al mismo tiempo, ponderó la existencia de "controles
cruzados” que permiten "estimular la detección y solucionar cualquier problema
que sea detectado a tiempo”.
"Cada uno de los pasos que damos en el proceso electoral se
hace bajo el control de otro sujeto con intereses distintos y hasta
contradictorios, de manera que las tentativas de fraude que sí pueden existir
sean neutralizadas por esta compleja arquitectura electoral”, explicó.
En este sentido, señaló que la fiscalización es en nuestro
país y en todo el mundo, "una función inherente” de los partidos políticos, al
tiempo que reconoció la responsabilidad del Estado para "auxiliarlos, pero no
debe reemplazarlos”.
"El Estado tiene que dar garantías de competencia, veracidad
y transparencia, les permite a los partidos controlar todos los aspectos de la
organización electoral y pone en cabeza de la justicia federal la decisión
final sobre la validez de la elección en cada una de las mesas y del proceso
electoral en general”.
Al respecto sobre la función de la DINE, Tullio precisó que
este organismo "no cuenta un solo voto ni proclama un solo resultado, no nombra
un solo presidente de mesa, o condiciona ningún aspecto de las campañas
electorales. Sólo provee los medios para que todo funcione en el marco de las
competencias de cada uno”.
Más allá de ponderar el funcionamiento del sistema electoral
en su conjunto, el director electoral opinó que un posible cambio de los
instrumentos de votación "debe ser consecuencia de una revisión mas profunda
del sistema político y de partidos”.
"Cuando el gobierno propuso las primarias, lo hizo para
intentar darle mayor racionalidad al sistema de partidos y ordenar la
competencia política interna. Indudablemente no alcanzó esa solución porque
tenemos todavía un número de agrupaciones demasiado elevado que dificultan al
ciudadano su capacidad de elegir”.
"Tenemos que pensar un nuevo sistema de competencia
política. Y consecuentemente un instrumento de votación que permita a ese
sistema y al ciudadano”, pero aclaró que "con vistas al 25 de octubre los
partidos contarán con un conjunto de posibilidades de control como nunca hubo
en la Argentina. Si asumen su responsabilidad en este proceso compartido que es
la organización electoral, la ciudadanía puede estar aún más tranquila”.
Fuente: Télam