Ausencia y estulticia de Páez

Andalgalá © Durante la mañana de este martes, la gobernadora Lucía Corpacci dejó formalmente inaugurado y en pleno funcionamiento, el nuevo hospital de la ciudad de Andalgalá, una obra esperada y anhelada por muchas generaciones de andalgalenses preocupados por su salud.
miércoles, 1 de julio de 2015 08:04
miércoles, 1 de julio de 2015 08:04

Participaron del acto, muchos funcionarios del gobierno y de las empresas mineras, pero fundamentalmente se dio cita en el predio, mucha gente del pueblo, la que no entiende de política y que solamente piensa en el progreso de la comunidad.

Trabajadores, comerciantes, empresarios, obreros de las fincas aledañas. Gente de pueblo que sintió que uno de sus sueños se estaba haciendo realidad con tan magnífica obra, producto de las riquezas de este suelo.

No sorprendió para nada la ausencia del intendente Alejandro Páez, de sus funcionarios y concejales que una vez más demostraron que cumplen con la obediencia debida so pena de que se les quiten los privilegios y las canonjías de las que gozan dejándose arriar con mansedumbre bovina.

Raro hubiera sido si los presentes, hubieran visto llegar a Páez, por más que la situación merituara que se declare asueto municipal por tratarse de la puesta en marcha de esos servicios destinados a toda la comunidad, conocedores de la visceral enemistad del jefe comunal con la gobernadora a quien agrede permanentemente con palabras, obras y omisión.

Lo que indignó a todos fue el enterarse de que los funcionarios del municipio, amenazaron los trabajadores y empleados, con sanciones de distinta índole si concurrían al acto, el que finalmente se realizó sin demasiadas estridencias pero con la solemnidad que requería la situación.

El general, las personas opinaron coincidentemente que la del intendente radical (¿) fue una actitud absolutamente estulta (tonta, imbécil, poco inteligente) porque se trata, nada menos que de la salud del pueblo que gobernará hasta el 10 de diciembre de este año, y que con lo de ayer, dejó en claro que los intereses comunitarios que no tienen banderías políticastras, son asunto secundario y que le da lo mismo éste hospital, una posta o cualquier otro recoveco, total, él se atiende en Córdoba con los mejores especialistas.

Seguramente los autores intelectuales de esta maniobra antisocial y antiética no dimensionaron del daño electoral que le puede causar a Páez, porque la bronca y la vergüenza ajena se traducirá en hechos contundentes, en el proceso electoral.