Participaron del acto, muchos funcionarios del gobierno y de
las empresas mineras, pero fundamentalmente se dio cita en el predio, mucha
gente del pueblo, la que no entiende de política y que solamente piensa en el
progreso de la comunidad.
Trabajadores, comerciantes, empresarios, obreros de las
fincas aledañas. Gente de pueblo que sintió que uno de sus sueños se estaba
haciendo realidad con tan magnífica obra, producto de las riquezas de este
suelo.
No sorprendió para nada la ausencia del intendente Alejandro
Páez, de sus funcionarios y concejales que una vez más demostraron que cumplen
con la obediencia debida so pena de que se les quiten los privilegios y las
canonjías de las que gozan dejándose arriar con mansedumbre bovina.
Raro hubiera sido si los presentes, hubieran visto llegar a
Páez, por más que la situación merituara que se declare asueto municipal por
tratarse de la puesta en marcha de esos servicios destinados a toda la
comunidad, conocedores de la visceral enemistad del jefe comunal con la
gobernadora a quien agrede permanentemente con palabras, obras y omisión.
Lo que indignó a todos fue el enterarse de que los
funcionarios del municipio, amenazaron los trabajadores y empleados, con sanciones de distinta índole si
concurrían al acto, el que finalmente se realizó sin demasiadas estridencias
pero con la solemnidad que requería la situación.
El general, las personas opinaron coincidentemente que la
del intendente radical (¿) fue una actitud absolutamente estulta (tonta,
imbécil, poco inteligente) porque se trata, nada menos que de la salud del
pueblo que gobernará hasta el 10 de diciembre de este año, y que con lo de
ayer, dejó en claro que los intereses comunitarios que no tienen banderías
políticastras, son asunto secundario y que le da lo mismo éste hospital, una
posta o cualquier otro recoveco, total, él se atiende en Córdoba con los
mejores especialistas.
Seguramente los autores intelectuales de esta maniobra
antisocial y antiética no dimensionaron del daño electoral que le puede causar
a Páez, porque la bronca y la vergüenza ajena se traducirá en hechos contundentes, en el proceso electoral.