El espantoso ¡De acá! del Loco D ‘agostini

¿La negativa del multimillonario Walter “Loco” D’agostini a concluir el puente por el que reclaman los aislados vecinos de Valle Chico no debe interpretarse como un asqueroso ¡De acá! suyo a toda la sociedad catamarqueña? (incluso llevándose las manos a la entrepiernas, igual al que inmortalizo con humor Alberto Olmedo, sin ser este el caso claro).
jueves, 14 de enero de 2016 14:55
jueves, 14 de enero de 2016 14:55

Se supone que a estas alturas, el Gobierno provincial ya advirtió que los veranos son amargos en general, porque es cuando se producen eventos naturales que causan daños de todo tipo; y que hacen aparecer a las mejores, pero también a las peores personas.

En lo que va de enero, por suerte claro, no se produjeron las catástrofes de otros años, que costaron caro en recursos y en vidas incluso, pero si debe enfrentar el Gobierno una crisis que involucra a una de las obras más importantes de la gestión actual, la ciudad satélite, o Valle Chico como se la bautizo oficialmente.

Es una herida dolorosa para Lucia Corpacci, porque afecta la obra insignia de su política de viviendas, que el emprendimiento Valle Chico sea cuestionado porque no se concluyo una obra complementaria, la del puente de acceso, lo que genera complicaciones para quienes ya habitan las modernas viviendas.

El cuestionamiento al emprendimiento, que en principio puede ser atendible porque la demorada obra genera complicaciones concretas a muchas personas, muestra claramente el escalofriante accionar de empresarios ricos y poderosos, que se hicieron millonarios a costa del Estado provincial, que cuando deben mostrar un costado solidario, prefieren mostrar su peor cara.

Casi como que Walther D’agistini, porque el Gobierno provincial no paga la obra completa, porque mantiene demorado el financiamiento nacional, se tomara la entrepierna y soltara un ¡De acá!, como el que inmortalizo Alberto Olmedo, pero no solo al Gobierno de Lucia Corpacci, sino a toda la sociedad catamarqueña.

Como se recordará, la expresión aparecía en el sketch "El dictador de Costa Pobre", parodia de un típico general golpista de un pais bananero con un notable parecido caricaturesco a algunos personajes locales. En una isla llamada Costa Pobre (enfrente de otra llamada Guatepeor...) gobierna un tirano (Alberto Olmedo), que viste siempre de frac (¡color rosa!) y que en vez de una banda presidencial tiene cruzada en el pecho una que dice "Tus amigos". Este "protector de los pobres y los desamparados" es un dictador de molde, cobarde y miserable, que lo único que desea es incrementar su fortuna personal a costa de las necesidades del pueblo. Cualquier parecido con… ya saben quién aquí en Catamarca, es pura casualidad. Al Dictador lo asisten ministros tan corruptos como él; en el caso local serian otros empresarios multimillonarios a costa del Estado y siempre invocando a los pobres y más necesitados.

Por supuesto, el dictador (Olmedo) mantiene un férreo control sobre todos, y al que osa decirle algo que no le gusta, le grita "¡De acá!",poniendo las manos en la entrepierna.

¿No es acaso el mismo gesto, un ¡De acá!, sin el humor de Olmedo claro, el que se le escucha gritar a D’agostini cuando se niega a concluir la obra del puente, insignificante casi para su poderío empresarial?

D’agostini, un empresario de la construcción que se hizo multimillonario con obras pagadas por el Estado provincial, el mismo Estado que durante sucesivas gestiones, radicales y peronistas, le financió hasta sus aventuras automovilistas en el Dakar, eso parece gritarle a los vecinos de Valle Chico que necesitan cruzar el rio crecido caminando para seguir con sus vidas cotidianas.

(Ni hablar del ¡De acá!, del Loco D’agostini al gobierno provincial, al cual no solo desatiende cuando se niega a finalizar la obra, sino que lo enfrenta con una denuncia policial llevando de testigo a legisladores de la oposición radical. Increíble!, más audaz que Brizuela del Moral y Castillo juntos).