No está muy claro cómo funciona la franquicia del PRO en
Catamarca. Son solo empresarios, dirigentes e hijos de dirigentes de reconocida pertenencia al
radicalismo (Fernando Capdevilla; Carlos Molina; Paola Bazán, Monti, Walther, etc.)
que no logran darle la forma de un partido político al entente oficialista.
Ahora se supo que junto con la llegada de la primera dama
Juliana Awada a nuestra provincia, cuando se reúna con los referentes locales
del PRO, en su mayoría radicales, será presentado Fernando Corrales Ávila, como
coordinador político del PRO para Catamarca y La Rioja.
Corrales Ávila es un abogado radicado en La Rioja, que fue
designado titular de la Regional del ANSES, que la conforman Santiago del
Estero, La Rioja y Catamarca.
Sus primeras palabras en el puesto no fueron muy halagüeñas
para los oídos de la dirigencia radical; según dijo (en el PRO, en Cambiemos)
"no queremos que ANSES sea un trampolín político”.
Para el dirigente tucumano, o riojano, como se prefiera, la
designación como tutor político de la fuerza política oficialista entraña
cierta complejidad; es que tiene muchos iguales que creen tener meritos
superiores para ocupar la jefatura del PRO.
Es lógico prever que la asimetría de su puesto de liderazgo
con respecto a los otros referentes que lo acompañan, que se consideran tener
más derecho y competencias para ser los elegidos titulares del PRO, generarán
dificultades.
Ni pensar los problemas con que deberá lidiar Corrales Ávila
en su trato con los dueños del sello del radicalismo catamarqueño, Oscar
Castillo y Eduardo Brizuela del Moral; solo por mencionar algunos.
Desde luego que mirando al 2017, todos, Castillo, Brizuela,
Capdevilla, Guzmán, Bazán, Monti, Walther, todos, querrán ser los elegidos de
la Casa Rosada para ser su representante en Catamarca. Pero para eso deberán
hacer a un lado a Corrales Ávila, quien ni siquiera reside en nuestra
provincia.
¡No es fácil lo que le espera a Corrales Ávila con sus
subordinados locales!