Hasta en su discurso, el presidente Mauricio
Macri tuvo un pasaje, ciertamente, desafortunado, cuando aludiendo al acontecimiento
que se celebraba y dirigiéndose en primera persona al ex monarca hispano afirmó
que "claramente, quienes declararon la independencia debían sentir angustia,
querido rey –enfatizó- de separarse de España”.
El mismísimo diario "Clarín” publicó que "funcionarios
del Gobierno reconocieron en privado el revés que implicó la ausencia de jefes
de Estado”, detallando que la Cancillería tenía confirmados a la chilena
Michelle Bachelet, el paraguayo Horacio Cartés y el italiano Sergio Mattarella,
que finalmente no vinieron "por el mayor protagonismo que tomaría el rey
emérito de España, cuya presencia ya generó rechazos”, apuntó el medio porteño.
En tal sentido, ninguno de los mandatarios
extranjeros invitados asistió a la celebración del Bicentenario de la
Declaración de la Independencia en Tucumán, y así lo confirmaron funcionarios
de la Presidencia, describiendo que fuera del rey emérito, entre los
principales dignatarios extranjeros solo estuvieron el vicepresidente boliviano
Álvaro García Linera y su par uruguayo Raúl Sendic.
No vino ningún presidente extranjero y Macri
se conformó con el ex rey de España, circunstancia que algunos hasta consideraron
un chiste que "Macri invitara al rey de España a los festejos por la
Independencia”, todo un contrasentido.
Además, esto motivó que organizaciones
sociales y partidos de izquierda congregadas en Tucumán armaran caravanas de
repudio y 15 comunidades diaguitas, que habían sido invitadas al desfile de hoy,
lo rechazaron por la presencia de la persona "que representa la institución que
ha cometido el más grande genocidio contra nuestros pueblos, sin asumir ni
reparar la deuda”, expresaron al argumentar la decisión.
¿Un nuevo error…?, aunque este ya no se podrá
corregir, al menos hasta dentro de 200 años.