Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia, aunque la actividad deportiva tuvo poco descanso.
Ahora, según quedó establecido, todas las competiciones deportivas deben poner un freno hasta el 25 de junio próximo y sólo podrán ser reiniciadas tras la inspección de los centros de entrenamiento por parte de las autoridades sanitarias.
El martes pasado, Crivella hizo un guiño para que la pelota vuelva a rodar en la ciudad más emblemática de Brasil un día después de que la Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro decidiera reiniciar el Campeonato Carioca con el partido Flamengo-Bangú, que se jugó el jueves.
De todos modos, no todo fue color de rosas: Botafogo y el Fluminense opusieron resistencia a ese dictamen por la expansión del coronavirus, no estaban dispuestos a jugar.
Pese a la posición contraria a la vuelta de los partidos, Fluminense y Botafogo acompañaron a los demás clubes cercanos y reanudaron las prácticas tras más de tres meses de parate.