El que le permitía a Atalanta, un club que hace poco más de una década militaba en el ascenso, que en la pasada Serie A consiguió su mejor ubicación histórica al finalizar tercero y que tiene como capitán al ex Arsenal y San Lorenzo Alejandro "Papu" Gómez, meterse en semifinales de la Champions League.
Pero -y éste es un gran "pero"- el avasallante presupuesto de París Saint Germain pudo más. Con goles del brasileño Marquinhos (pase de su compratiota Neymar) a los 89 y del ingresado camerunés Eric Choupo-Moting (asistencia del también ingresado Kylian Mbappé) a los 92, PSG dio vuelta la historia y se metió entre los mejores cuatro de Europa por primera vez en 25 años. Ahora espera por el vencedor de Atlético de Madrid y Leipzig, que juegan este jueves.
Que la remontada parisina haya llegado de la mano de los jugadores ingresados habla de la profundidad de un plantel armado a puro petrodólar qatarí. Según el sitio Transfermarkt, la valuación de PSG triplica y un poco más a la de Atalanta (788 millones de euros contra 261) por lo que, ante la parca imagen brindada por su equipo en la primera parte, el DT alemán Thomas Tuchel no tuvo problema en echar mano a las al banco de suplentes, incluido el ingreso de Leandro Paredes y donde esperaba nada menos que el "Joven Maravilla", Mbappé, quien llegó con lo justo al duelo tras superar una lesión de tobillo y fue clave para la remontada.
Pero si un dato daba cuenta de la disparidad entre franceses e italianos (vale aclarar que la nacionalidad es un mero distintivo en este caso, ya que PSG jugaron sólo dos franceses, y enfrente, sólo tres italianos) era que el sueldo anual de Neymar superaba al del plantel completo de Atalanta. Esa comparación animó la previa, pero en la cancha no se plasmó, ya que el brasileño desperdició cuanta ocasión de gol tuvo disponible. De todos modos, a puro desequilibrio, Neymar fue la gran figura de su equipo junto a Keylor Navas, gran culpable de que Atalanta no se vaya al entretiempo con una ventaja mucho mayor.
Con una gran demostración de coherencia colectiva por sobre las individualidades parisinas, Atalanta logró sobreponerse a ausencias de peso, como las de su gran figura, el esloveno Josip Ilicic (de licencia), y la del arquero titular, Pierluigi Gollini (lesionado). Con orden táctico y astucia a la hora de manejar la pelota, el elenco italiano reafirmó su fama de equipo ofensivo durante la primera parte. Su premio llegó a los 26 minutos, tras un extenso toqueteo que derivó en el croata Mario Pasalic, quien dentro del área, mandó a colocar la pelota al ángulo más lejano de Navas con un zurdazo de primera.
Pero en la segunda parte, Atalanta sintió el desgasto y, por sobre todas las cosas, el miedo a perder lo conseguido. El retraso en el mediocampo fue inevitable y las modificaciones del experimentado DT Gian Piero Gasparini, discutibles (Papu Gómez salió a los 59, por caso). Las malas decisiones se combinaron con el cansancio, el ingreso de un desequilibrante Mbappé y el siempre decisivo azar. A fuerza de voluntad y acumular millones en ataque, PSG atacó y atacó hasta toparse con el milagro de manera desprolija -rebotes, despejes fallidos, pase al medio y goles abajo del arco- pero milagro al fin, para seguir en carrera por esa esquiva obsesión francesa (sólo la ganó Olympique de Marsella en 1993) llamada Champions League.
PSG remontó un partido increíble y venció 2-1 al Atalanta
Por 88 minutos, el fútbol volvió a ser aquel deporte de las hazañas, el de la "dinámica de lo impensado", como decía Dante Pazeri. Ese que no conoce de inverosímiles, ni de favoritos ni de resultados puestos.
miércoles, 12 de agosto de 2020
20:31
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