Boca le ganaba a River por 1-0 (el partido finalizó 2 a 2), y quien convirtió no fue otro que el cordobés Ramón Ábila. Es que, si de goles se trata, imposible no aludir a Wanchope, quien, más allá del karma de las lesiones, cada vez que salta al verde saca a relucir su artillería pesada.
El delantero cordobés se despachó con un doblete frente al Globo, en la fecha pasada, y ahora anotó en el Superclásico frente al Millonario. De esta manera sigue nutriendo una estadística que sintetiza su altísimo poder de fuego: 35 goles en 79 citas oficiales. Promedio de 0,44 por encuentro. Casi un grito cada dos fechas.
Tras un 2020 atípico y maltratado por las dolencias musculares, teniendo en cuenta el inicio de 2021, dijo presente en 16 juegos y anotó en ocho. Con el dato llamativo de que todas las veces que sacudió las redes, el Xeneize solo cayó en una, 2-1 frente a Atlético Tucumán a inicios de 2019.
Vive para y por el gol. De rango de acción mucho más limitado que el de Franco Soldano, el otro atacante con el que compite por el puesto de N°9, Wanchope sabe moverse con soltura entre los zagueros, agudizar su olfato letal cada vez que se adentra a la zona de peligro y animarse siempre a más. Cuando tiene el arco enfrente, no suele titubear.