En medio de los coletazos que dejó la reciente eliminación de la Copa Argentina ante Vélez, con todas las complicaciones que eso le generó ahora para clasificar a la Copa Libertadores 2025, en Boca sorprendieron en la tarde de este jueves con una noticia del mercado de pases: cerraron a Carlos Palacios como refuerzo.
Se palpitaba, era muy probable y hoy se terminó de confirmar. El anuncio del propio futbolista de que se iba de Colo-Colo, su reiteración del deseo de vestir la camiseta xeneize y las nuevas tratativas que había iniciado el Consejo de Fútbol allanaron el panorama, y ahora sí es un hecho que Juan Román Riquelme contará con el delantero que anhela desde hace ya varias temporadas.
Se terminaron los idas y vueltas, las ofertas rechazadas y las declaraciones de ambas partes. Boca esta vez sí cumplió con las pretensiones del Cacique de Jorge Almirón y puso sobre la mesa 4.800.000 de dólares por el 100% del pase de Palacios para ya asegurarse su presencia en el plantel de Fernando Gago en la próxima temporada.
"Creo que es imposible decirle que no a un equipo como Boca, pero también estoy acá (en Colo Colo) que es mi sueño, en donde siempre he querido jugar. Es raro y difícil estar en esta posición", había dicho el atacante de la Selección de Chile (en una de las últimas convocatorias dejó la concentración y generó polémica) a principio de año.
La Joya, como lo apodaron los medios chilenos, estuvo a detalles de estampar la firma en dos ocasiones. La primera ocurrió en el verano pasado. El Xeneize no contaba con cupo de extranjeros disponible, por lo que aceleró el préstamo de Bruno Valdez a Cerro Porteño para liberar un lugar destinado a Palacios. En simultáneo, enviaron ofertas de 3 y 4 millones, pero fueron rechazadas por la directiva de Blanco y Negro, la empresa que gerenciaba al Cacique.
Vasco Da Gama, que poseía un porcentaje de su pase, no estaba convencido de venderlo a Boca y quería dejarlo un tiempo más en Chile. La postura de los equipos dueños de la ficha fue clara: cláusula de rescisión o nada. El cuadro de la Ribera se negó y dio por finalizadas las charlas.
Durante el tire y afloje, el jugador dejó una declaración ambigua sobre la situación, que daba a entender que el bichito xeneize le había picado un poco: "Es imposible decirle que no a un club como Boca. Como dijo el presidente (en ese momento era Alfredo Stöhwing), es un 95 por ciento. Hay cláusulas de por medio. Todo puede pasar de un minuto a otro. Como siempre he dicho, que sea lo mejor para todos y en especial para mí".
La segunda oportunidad sucedió en la previa de la revancha contra Cruzeiro, por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Ese día, a las 0:00 cerraba el TMS y el Consejo de Fútbol arriesgó una propuesta de última hora de 4,5 millones de dólares. Pero el cuadro de la Ribera quedó eliminado del certamen continental y la operación fracasó.
"Nos mandaron una oferta 45' antes de que cerrara el libro de pases. Nos pedían que nos pronunciáramos sobre esto. Nosotros llamamos a un directorio extraordinario, porque somos una sociedad abierta y tenemos ciertos procedimientos para estos casos. Pero nos pedían que aprobáramos una operación de 5 millones de dólares en 30 minutos, lo cual no era factible", explicó Aníbal Mosa, mandamás de Blanco y Negro.