De estar cerca de jugar en River a amargarle la noche. Apenas pasaron un puñado de meses desde que Martín Demichelis, por entonces entrenador del Millonario, tipeó el teléfono con prefijo de Córdoba para comunicarse directamente con Guido Herrera con el fin de llevarlo a Núñez. El ahora DT de Monterrey quería un arquero de jerarquía para pelearle el puesto a Franco Armani y el capitán de Talleres era el elegido, pero la respuesta fue negativa. ¿El motivo? Su condición de líder y ese vínculo entrañable que el golero generó con la T.
Anoche en el Monumental, con una actuación sobresaliente que sostuvo al equipo de Alexander Medina para conseguir un triunfazo que los catapultó a la a segunda posición de la Liga Profesional, dejó un poco en claro porque Micho se movió personalmente para intentar traerlo.
La historia cuenta que a mitad de año y justamente antes de que se jugara la serie de octavos de final entre River y Talleres, que finalmente dirigió Marcelo Gallardo y tuvo como victorioso a los de La Banda, el propio Demichelis se había puesto al frente de las gestiones para llevarse a River al "1" albiazul. Hubo cruce de llamados, propuestas a contrarreloj, dudas y cierto silencio. Con la directiva del equipo cordobés no se comunicaron, el diálogo era directo con el jugador.
Sin embargo, primó el amor de Herrera por su club y fue él mismo el que se encargó de contarle a todos los hinchas que se quedaba en su casa. Poco más de tres meses después, viajó a Núñez y dio cátedra bajo los tres palos. Primero, arrancó el partido con un tapadón sobre Miguel Borja que el propio arquero calificó como el "mejor" de todos los que tuvo. Después, le sacó una tijera a quemarropa sobre el final y una parecida a Germán Pezzella, entre otras acciones que lo llevaron a ser el héroe -junto a Federico Girotti, autor del gol- del batacazo ante el River de Gallardo.