Según el análisis, tras priorizar la baja de precios, el Ejecutivo deberá definir en los próximos meses cómo y cuándo avanzar en la normalización monetaria y cambiaria, un paso que el mercado considera clave para la acumulación de reservas.
El documento, presentado por Federico Filippini, jefe de Research de Adcap, señala que durante los primeros meses del año el presidente Javier Milei y su equipo económico concentraron todos los esfuerzos en desacelerar la inflación, aun a costa de la recesión y las tensiones externas. “Cuando se enfoca en una de las tres variables, sufren las otras dos”, explicó el economista, en referencia a la delicada interacción entre precios, actividad y dólares.
El diagnóstico de Adcap sostiene que el “programa Milei” logró un efecto contundente sobre los precios, pero ahora enfrenta los límites del modelo. La actividad se estancó en el segundo trimestre y el sector externo comenzó a mostrar señales de presión por la falta de divisas. “El desafío inmediato es decidir cuál será el objetivo principal de la próxima etapa”, remarcó Filippini.
Desde la firma remarcaron que el paso siguiente debería ser “normalizar la política monetaria”, lo que implica una reducción de tasas de interés y una resolución del esquema de encajes cambiarios implementado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, en el marco de la política de fuerte astringencia monetaria.
No obstante, el consenso entre los inversores internacionales es claro: el régimen cambiario y la acumulación de reservas deben convertirse en prioridad. “La mayoría de los riesgos que enfrenta la economía argentina hoy podrían reducirse si hay una definición clara sobre el nuevo esquema cambiario”, apuntó el informe.
Dólares, riesgo país y el orden de los factores
Para Javier Casabal, estratega de renta fija de la Alyc, la gran incógnita pasa por el orden de las decisiones. “El camino lógico sería primero comprar reservas, bajar el riesgo país y recién ahí salir a los mercados de capitales. Pero el Banco Central parece plantear la estrategia inversa: ir al mercado primero y acumular después”, explicó el analista, en referencia a la presentación del vicepresidente del BCRA, Vernon Werning, quien anticipó que el plan oficial apunta a subir la demanda de pesos antes de intervenir activamente en el mercado cambiario, posiblemente recién en 2026.
Este debate revela la divergencia de tiempos entre el BCRA y los inversores. Mientras el Central busca fortalecer las condiciones internas antes de mover el tipo de cambio, los operadores financieros reclaman señales inmediatas de normalización y apertura, ante la expectativa de que Estados Unidos aporte fondos para garantizar el cumplimiento de los vencimientos de deuda del próximo año.
Cepo, tasas y confianza
Filippini advirtió que para que el plan funcione será indispensable restaurar la confianza y estimular la demanda de pesos a través de tasas más bajas y una mejora en la actividad. En ese contexto, el mercado ya da por descontado (“priceado”) que el Tesoro norteamericano jugará un rol de apoyo financiero.
Sin embargo, la pregunta de fondo es qué pasará con el cepo cambiario. “El disparador será el anuncio de un nuevo régimen que permita comprar dólares. Pero eso reabre el debate sobre cómo se desarma el actual sistema de restricciones”, sostuvo el economista.
En su conclusión, Adcap señala que el Gobierno probablemente actuará con prudencia en la transición, ante la debilidad estructural de la demanda de pesos. “El Banco Central proyectó un movimiento del M2 (la base monetaria ampliada) que viene en línea con lo previsto desde el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, explicó Filippini, quien consideró que los próximos meses serán decisivos para calibrar la relación entre inflación, dólar y crecimiento.
Así, el trilema argentino —inflación, actividad y sector externo— se mantiene en el centro del debate. Resolverlo sin quebrar la confianza de los mercados ni frenar la recuperación será el verdadero examen del plan Milei en su segunda etapa.