En la apertura, hicieron uso de la palabra la Secretaria Académica de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas, Lic. Natalia Fernández, el director de la carrera arquitecto Ricardo Palacios y el alumno José Eduardo Aroca. En general hablaron de un año de mucho trabajo y del compromiso de los docentes y estudiantes.
Palacios, al trazar un panorama general, expresó que “el proyecto de la carrera de Arquitectura fue concebido como escuela de pensamiento, en clara contraposición a la ‘cosmovisión conservadora y obsoleta’ de las carreras tradicionales, focalizadas en una visión objetual y fragmentaria”.
Sostuvo que “en el presente, la Arquitectura se ‘piensa y expresa’ como Arquitectura del Ambiente, y es considerada como instrumento proyectual válido para superar los innumerables daños causados por el proceso de la tabla rasa de la modernidad”.
Señaló que esta nueva Arquitectura del Ambiente “se inscribe como alternativa para el desarrollo de procesos democráticos más avanzados, socialmente inclusivos y ambientalmente sustentables, de allí su relevancia y validez universal”.
Explicó que “en este contexto, el marco teórico de la carrera, y en concordancia con la escala temporal de la revolución ambiental, a la cual se ha sumado la estructura académica de la UNCa. en su conjunto, está basado en la relación hombre – naturaleza y en la noción del hábitat a partir de la resolución del vacío, público y doméstico”.
Dijo que igual consideraciones “podemos aplicar al sistema de representación de la Arquitectura; en el presente no basta el estudio y representación del objeto construido sino que cabe la representación gráfica de la Arquitectura del Contexto (paisaje)”.
Manifestó que “No” es el trabajo final de Taller Integrador de Diseño I, es el trabajo final de todas las Asignaturas por nivel. “Se procuró que, a partir de la resolución integral de una vivienda y su contexto inmediato, cuadra o vecindad, más la interpretación paisajística ambiental de una porción del territorio circundante estipulado en un radio de 600 metros, el alumno, con la guía integradora de todo el colectivo docente, pueda aprender a hacer ciudad, abordando la escala doméstica y la urbana en un proceso constructivo, permeable, inclusivo, evolutivo”, precisó.
Consignó que “tal como lo expresa el instructivo del trabajo práctico, se pensó que, integradamente, se contemplaran en las mencionadas escalas los aspectos urbanísticos, paisajísticos funcionales, espaciales, morfológicos, estéticos, ecológicos, económicos, ambientales y en términos de lo posible, según el alcance introductorio del mencionado práctico”.
Integralidad
Palacios, enfatizó que “de ningún modo, el proyecto de la carrera concibió al conjunto de materias como ‘compartimentos estancos’, escindidos de la realidad local, regional en todas sus dimensiones: geográfica, social, estética, ecológica, cultural, económica, cultural y ambiental”.
Aclaró, también, que la exposición final de los mejores proyectos del trabajo final integrador “involucra, en un solo trabajo, a todas las cátedras intervinientes y en el cual debería reflejarse la pretendida integralidad, de allí el diseño del rótulo donde figura el nombre de ellas”.
Aseguró que “No” es la exposición de la cátedra Taller Integrador de Diseño I, “evitando de esa manera un muestrario innecesario de prácticos inconexos”.
Finalmente, manifestó que “como profesores, nos cabe el compromiso social ineludible de ser honestos, serios, responsables y generosos con nuestros alumnos y de brindar una oportunidad genuina a las nuevas generaciones para que puedan revertir el errático devenir de nuestra profesión, verificable en el lamentable estado de nuestras ciudades”.
“Por ello -añadió-, debemos gestar un legado innovador capaz de superar los vicios, perezas y mezquindades de una enseñanza anclada en los enfoques destructivos, tal como lo expresó en su reciente conferencia el Dr. Arq. Fernando Murillo (Unión de Arquitectos de Catamarca)”.
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