11 de septiembre: Día del Maestro

El 11 de septiembre de 1888, falleció en Asunción, Paraguay, Domingo Faustino Sarmiento, figura controversial que aún sigue provocando encendidas polémicas, pero cuya influencia en la historia argentina no se puede negar.
miércoles, 11 de septiembre de 2019 08:53
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Se lo recuerda principalmente como el gran maestro sanjuanino, el educador por vocación, y como el primer presidente civil de la República Argentina, luego de la Constitución Nacional de 1853.

Fue además un convencido luchador contra toda forma de tiranía y un prolífero escritor. Sus obras literarias abarcan 52 volúmenes, la mayor parte dedicada a temas de educación.

Fue presidente de la República Argentina en el período de 1868 a 1874, ocupando el cargo entre dos grandes figuras de la historia argentina, Bartolomé Mitre que lo precedió y Nicolás Avellaneda que lo sucedió.

En homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, quien a los 16 años ya había iniciado una escuela en un caserío de San Luis, el 11 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Maestro.

Es una fecha muy significativa en todo el país, porque la figura del maestro o de la maestra ocupa un lugar muy especial en la cultura popular de los argentinos y está siempre ligada a los recuerdos imborrables de la infancia.

Para todo alumno en Argentina, la escuela y los maestros son la prolongación afectiva del hogar.

Nadie ignora en Argentina que el 11 de septiembre es el Día del Maestro. Tal vez lo que no está tan difundido es el conocimiento de que en el Estado de Massachusetts, en los Estados Unidos, la misma fecha sirve para honrar a los maestros. ¿Se trata de una simple coincidencia de fechas? No, por cierto.

Lo sorprendente es que dos lugares tan distantes, una Nación de Sudamérica y un Estado de Norteamérica hayan decidido honrar al maestro en el mismo día.

La razón fue la gran amistad que unió a dos grandes educadores. Uno fue el argentino Domingo Faustino Sarmiento y el otro Horace Mann, llamado “el padre de la educación pública de América”.

En 1845, estando Sarmiento exiliado en Chile, fue enviado por el gobierno de ese país a Europa y a Norte América para estudiar los métodos de enseñanza utilizados en esas naciones.

En 1847 se produjo el encuentro de dos eminentes personalidades de América, el argentino Domingo Faustino Sarmiento y el norteamericano Horace Mann.

El doctor e historiador argentino Miguel Ángel Balbi ha estudiado la trayectoria de ambos educadores y ha encontrado un sorprendente paralelismo.

En el año 1839, Sarmiento creó en San Juan el “Colegio de Señoritas de Santa Rosa”, y en ese mismo año Mann iniciaba la primera “Escuela Normal de América”, en la ciudad de Lexington, Massachusetts.

Domingo Faustino Sarmiento y Horace Mann se encontraron una sola vez.

Pero, ese fugaz encuentro de dos grandes educadores bastó para que ambos se enriquecieran al compartir sus mutuas experiencias.

Horace Mann murió en el año 1859.

Cuando Mitre fue elegido presidente en 1862, envió a Sarmiento como embajador a los Estados Unidos y allí se encontró con la viuda de Horace Mann, llamada Mary Peabody Mann.

De ese encuentro surgió la idea, audaz en aquella época, de enviar maestras norteamericanas a Sudamérica.

Entre 1866 hasta 1898 se trasladaron a Argentina 65 maestras, provenientes en su mayoría de la región de New England, en el nordeste de los Estados Unidos.

De ese grupo solamente 16 retornaron a su país de origen, las restantes permanecieron toda su vida en la patria de adopción, enseñando en las escuelas y difundiendo los métodos pedagógicos utilizados en los Estados Unidos.

A estas maestras precursoras se las ha comparado con los “Cuerpos de Paz” y sus nombres se han conservado en el libro que escribió Alice Houston Luiggi, titulado “65 valientes maestras”.

La amistad de Sarmiento con Thomas y Mary Mann y la gran epopeya de esas 65 educadoras, que dejaron la tradicional zona de Nueva Inglaterra para trasladarse a las pampas argentinas, fue la razón por la cual el Estado de Massachusetts decidió celebrar el Día del Maestro cada 11 de septiembre.

Al finalizar su mandato presidencial, en el año 1874 para entregar la banda y el bastón al Dr. Nicolás Avellaneda, Sarmiento se mantuvo activo. Fue elegido senador por la provincia de San Juan y luego director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires.

Fue tan intenso su amor por la educación que consideraba a este cargo como un ascenso en su carrera política.

Domingo Faustino Sarmiento seguirá provocando encendidas polémicas entre los que simpatizan con la línea liberal de la historia argentina y los que no le perdonan que siendo provinciano no se haya enrolado en la corriente federalista.

Pero, por encima de toda controversia ideológica, no hay duda de que Sarmiento le enseñó al pueblo argentino el valor de la educación y este es un legado que debemos recoger, porque solamente un pueblo educado será un pueblo libre y desarrollado.

Fuente: Costumbres Argentinas

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