OPINION DEL DR. BRUNO JEREZ

Control del ausentismo docente; una deuda pendiente

Determinar valores en la vida de una comunidad y conseguirlos, es y fue una tarea política que requiere conocer el propósito hacia dÓnde se dirige la intención.
martes, 30 de junio de 2020 22:03
martes, 30 de junio de 2020 22:03

El Ministerio de EducaciÓn ha intentado hace años jerarquizar el servicio de Reconocimiento Médico como un servicio de atención médica específico para los docentes, que piensen y que consideren los males propios de los docentes, los cuales son bastantes específicos y propios de la actividad y que pueda manejarse con propiedad y con el conocimiento suficiente para que se sientan contenidos, y también por otro lado garantizar la mayor presencia de todos nuestros docentes en el aula.

De la letra de la misma Ley …“Decreto Acuerdo Nº 1092: …Que en consecuencia, el personal docente contará con un Régimen de Licencias, Justificaciones y Franquicias propio, contemplando las particularidades que la actividad docente conlleva, que ha merecido un tratamiento específico a través del Estatuto del Docente Provincial. Que de esta manera se coadyuva a la eficiencia del Sistema Educativo Provincial tendiente a lograr un mejor y óptimo desempeño de los docentes mediante normas que atiendan y protejan sus necesidades de orden personal y social, conforme a la especificidad del servicio que prestan a la comunidad. Fdo: Dra. Lucía B. CORPACCI Gobernadora de Catamarca

Sin embargo, al final un docente que estaba aquejado de una enfermedad y debía realizar la tramitación de la licencia laboral; lo vivió «como una restricción total a la posibilidad de enfermarse».

Hablo de largas colas de espera, hablo de que la Dirección no contaba con la especialización que el servicio necesita para nuestros docentes (pediatría vs medicina laboral). Hablo de una deshumanización del sistema para tratar a maestras enfermas. Hablo de rechazo al Régimen de Atención Integral a las Personas con Discapacidad. Hablo de profesionales sin experiencia en las aulas que se traduce en un real y absoluto desconocimiento de la realidad docente.

Tomando contacto con casos en defensa de los derechos de mis defendidos (caso de la docente Rosa Rios como ejemplo insignia) y en sincero análisis, diré que la Directora Dra. Analia Leiva de Omineti, pediatra, estuvo amparada por dos grandes corporaciones, por un lado el Colegio Médico de Catamarca, que a más de interesarse en el desempeño de la médica con especialización en pediatría trabajaba como médica laboral y nunca intervino. Por el otro lado la Corporación Política, la Dra. Había sido designada  en un puesto laboral de gran poder. Esto no significa nada malo, al contrario, obtener estos apoyos es totalmente valido en la carrera política de un funcionario, pero sin la humanidad necesaria -cualidad de carácter ineludible- el apoyo político y colegiado se transforma en un verdadero PELIGRO.

A la fuerza mi madre docente jubilada se vino a mi recuerdo; “aquello que se le haga por y para alguien, se lo hace por y para uno mismo, cada acto y cada pensamiento en contra o a favor de una persona regresará al que lo hizo.”

La Dirección -que hoy está en crisis por una comunidad docente reclamante de buen trato- utilizaba en contra de los maestros un exagerado sistema de denegación de licencias por enfermedad, con total impunidad y dentro de una situación extrema desigualdad.

El docente no tiene plata para contratar un abogado. La dirección tiene varios abogados. El docente está enfermo y sin ánimos de lucha, necesita licencia para recobrarse del destino mórbido. La Dirección es el Estado en pleno con todos los recursos.

Pero el poder del Gobierno es limitado. El Estado está limitado por la ley positiva. Este poder nunca pueden interferir con las libertades y los derechos de cada individuo. El derecho laboral tiene por objeto la tutela Estatal del trabajo humano.

Por lo cual si la misma normativa emanada del propio Estado Provincial (Decreto Acuerdo Nº 1092), reconoce que el trabajo docente debe tratarse dentro de las particularidades que la misma actividad conlleva y que por ello, ha merecido un tratamiento específico a través del Estatuto del Docente Provincial. ¿Porque se ha puesto en una cartera política tan sensible a una funcionaria sin la debida especialización?

Sigo, de la misma ley se desprende que debe ser un “especialista en medicina laboral” con las incumbencias profesionales propias de esa rama; pero además… con la sensibilidad humana para comprender al docente dentro de la dialéctica de la enseñanza-aprendizaje. Estas fueron y son dos fundamentales carencias.

EL DOCENTE ENFERMO

Enfermedad profesional es aquella que se origina por el resultado directo del trabajo, es decir aquella que implica un daño en la salud del trabajador expuesto a ciertos riesgos laborales, (bio-psico-social).       
Entre las ramas que más maestros atienden cada año, son la psicología/psiquiatría, neurología, traumatología  y la Otorrinolaringología (dolencias de la faringe, neurosis, lumbalgias, varices) causantes de ausentismo laboral de los profesores.

Enfermedades de la voz es una causa de las bajas laborales de los profesionales de la educación. La voz constituye el instrumento de trabajo y de comunicación imprescindible del profesorado.

Enfermedades óseo-musculares: El dolor de espalda, la permanencia constante de estar de pie, las lumbalgias o lumbagos se produzcan por horas de estar paradas frente a la pizarra.

Psicológicas: neurosis por atender salas superpobladas, con niños con problemas del comportamiento, emocionales, del aprendizaje. Padres o tutores violentos.

SALUD LABORAL DOCENTE

Analizada la situación a grandes rasgos. Al poder político le corresponde, designar en la función de la Dirección de Reconocimientos Médicos Docentes a una persona que se encuentra dentro del principio de especialización que contempla la ley (medicina laboral). Liderar a un grupo interdisciplinario especializado, con tratamiento humanizado para la mejora de la salud laboral de los docentes a través de la Prevención de Riesgos Laborales para anticiparse y actuar antes de que se produzcan consecuencias negativas con el fin de impedirlo o para evitar sus efectos.

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