El calor insoportable y la falta de medios para mitigarlo, como ventiladores, aires acondicionados, agua, hicieron mella en los alumnos que ni lerdos ni perezosos, y siguiendo los consejos del Papa Francisco, salieron a hacer lio en las redes sociales y a manifestarse en los propios establecimientos.
La revolución de los guardapolvos comenzó con protestas y exposiciones en las redes sociales de los alumnos de los colegios Montessori, Enrique Hood, Jorge Newbery, Fasta, Clara J Armstrong, entre otros. Por caso, para hoy bien temprano está previsto una concentración de los alumnos de la ENCJA en la plaza 25 de Mayo y desde ahí marcharán todos juntos hasta el colegio a manifestarse.
En los casos de las escuelas privadas, la bronca del alumnado es mayor dado que deben pagar altas sumas por las cuotas que no se condicen con la contraprestación que reciben.
La revolución de los guardapolvos contrasta con la parsimonia oficial en buscar estrategias razonables e inteligentes que le den una salida a esta situación extraordinaria provocada por el calor.
En Santa Fé, por ejemplo, permitieron a los alumnos asistir vestidos con pantalones cortos y malla de baño e incluso mojarse en los recreos.
Otras medidas paliativas que se podrían haber dispuesto es aplicar una reducción de horas de clases, sobre todo cuando el sol pega con más fuerza. O bien, aprovechando la practica obtenida durante la pandemia, recurrir al dictado de clases virtuales.
Aquí las autoridades solo atinaron a autorizar el no uso del guardapolvo.