EDITORIAL

Las cajas negras de las obras sociales estatales

Las obras sociales manejadas por el Estado, tanto nacional (PAMI) como provincial (OSEP) son verdaderas cajas negras imposibles de entender para cualquier afiliado común.
martes, 10 de enero de 2017 18:05
martes, 10 de enero de 2017 18:05

Desmanejos, despilfarros,  malversaciones son solo algunos de los calificativos que sirven para describir la situación de estas instituciones cuya función es brindar una cobertura de salud a sus beneficiarios, que son cientos y cientos. Sin embargo, lejos de cumplir con ese cometido, tanto el PAMI como la OSEP, en Catamarca, son el blanco de quejas por la falta de prestaciones, por los servicios cortados, por la mala atención o mejor dicho por la desatención en aspectos básicos y trascendentes.

El caos reinante no surgió de un día para otro, es el resultado de años y años de descontrol y del vale todo. La obra social catamarqueña es una historia repetida, de nunca acabar. Colegios profesionales que para cobrar sus servicios amenazan con cortar servicios, clínicas y sanatorios que anuncian mes tras mes que no atenderán a sus afiliados, pacientes oncológicos que se quejan por la falta de medicamentos, la farmacia que funciona a medias…y la lista sigue: pacientes que deben ser asistidos en Córdoba se quedaron sin servicio y así sucesivamente.

El PAMI no es mejor. Sus autoridades anunciaron recortes en la entrega de los medicamentos gratuitos porque había afiliados dueños de artículos suntuosos (embarcaciones, vehículos de alta gama) que eran acreedores de este beneficio. "Es un acto de estricta justicia, esto es realmente la justicia social", aseguró el titular de la entidad, Carlos Regazzoni al anunciar que el PAMI dejará de solventar el 100% de las medicinas a los afiliados que tengan además cobertura médica prepaga, un vehículo con menos de 10 años de antigüedad o cobren 1,5 veces más del haber mínimo. Con la medida, se busca  optimizar los recursos de la obra social para brindar cobertura a quiénes realmente lo necesiten.

"Donde el subsidio esté bien entregado, ahí el PAMI va a estar”, apuntó Regazzoni. La medida no es mala de por sí y en algún momento tenía que llegar, el tema es que en el mientras tanto cuántos afiliados con necesidades acuciantes sufrirán el embate y cuánto de ellos podrán resistirlo. 

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